El mando y la distancia

[Marisa Peral]

EL MANDO

Siempre lo consigues.
No se como lo haces pero siempre es así y me odio por eso, me odio por consentir que ocurra.
Si amor, ya, ya, ya se que me adoras, que soy todo para ti, que vives y te desvives por mi, pero sabes... a veces no es suficiente.
A veces no hace falta decir todas esas cosas bonitas y profundas, a veces suenan huecas, egoístas, sobre todo cuando al decirlas pretendes que me sienta agradecida por ello... y solo consigues que me sienta atrapada.
Intentas que todos los que de verdad te queremos actuemos única y exclusivamente de la forma que tu quieres. Te sorprende y exaspera que seamos capaces de hacer algo con lo que tú no estás de acuerdo, que tomemos nuestras propias decisiones, que seamos libres.
Cuando yo decido hacer algo sin tu aprobación, algo se remueve en tu interior y te transformas, te conviertes en un ser despreciable que no conozco y al que odio, un ser que quiere demostrar que EL MANDO es suyo.
Intentas controlarme con EL MANDO, te da una sensación de poder
indescriptible y dominas la situación. Crees que así ahuyentas todos los fantasmas pero el miedo sigue ahí, si, lo veo en tus ojos.
Es curioso pero no te das cuenta de que al final no consigues lo que
pretendes.


LA DISTANCIA

Cuando tu activas EL MANDO en mi se activa LA DISTANCIA.
Me odio, me callo, acepto tus órdenes pero yo marco LA DISTANCIA y poco a poco te vas dando cuenta de que no sirve de nada tener EL MANDO si no puedes controlar LA DISTANCIA.
Duele ¿verdad?
A veces puede ser más cruel LA DISTANCIA y ese es mi poder contra ti. En ese estado no me reconozco, me vuelvo hermética, fría, insensible y me cuesta un trabajo terrible mantener la situación.
Pero es entonces cuando tu flaqueas y empiezas a olvidar EL MANDO, es entonces cuando LA DISTANCIA empieza a acortarse, cuando yo hablo y te digo que no me ahogues, que no me encierres en una jaula aunque sea de oro, y te acaricio y te digo que te quiero y tu miedo se va, sí, lo veo en tus ojos.
Cuando tú abandonas EL MANDO yo olvido LA DISTANCIA.
¿Cuándo los tiraremos definitivamente?
---
© MAR - Junio 99

[Pilar Morte]

Qué bien has descrito el tira y afloja de una relación, la lucha del poder, pero tu arma todo lo puede.
Abrazos
Pilar

[Marisa Peral]

Qué bien has descrito el tira y afloja de una relación, la lucha del poder, pero tu arma todo lo puede.
Abrazos
Pilar

Me alegro de que te haya gustado Pilar. Gracias por tu atención constante.

Un abrazo.

[Borja Martínez]

Muy original y ocurrente relato, un gusto haberlo leído. Felicitaciones.
Un abrazo, Marisa.

[Marisa Peral]

Muy original y ocurrente relato, un gusto haberlo leído. Felicitaciones.
Un abrazo, Marisa.

Gracias a ti por leerlo, Borja.
Abrazos.

[Hallie Hernández Alfaro]

Sube con aplausos.

[Alfonso Alfaro]

Fresca sensación deja el rocío de tus letras. Inteligentes y originales.
Me gustó pasar a leerte, Marisa.

[Maria Pilar Gonzalo]

Me alegra encontrarte en este espacio de prosa.

Nos regalas un texto absolutamente real y rutinario, que representa a cualquier pareja empleando el mando y la distancia... como si fuera el del televisor y el de nuestra propia vida.

Me ha encantado Marisa. Eres sensacional

Abrazos.

[Marisa Peral]

Gracias, Alfonso Alfaro y María Pilar Gonzalo, con mucho retraso.
Me alegro de que gustase en su día este intento de relatito.
Abrazos.

[Ventura Morón]

Superbe! Magnífico amiga. Que ternura, que capacidad de describir, que maravilla. Lo he disfrutado en cada palabra. Creo que los hombres somos así de simples, así de torpes, así de egoistas, y tu texto lo explica muy bien. Genial Marisa, realmente leerte es un placer.
Besos

[Marisa Peral]

Superbe! Magnífico amiga. Que ternura, que capacidad de describir, que maravilla. Lo he disfrutado en cada palabra. Creo que los hombres somos así de simples, así de torpes, así de egoistas, y tu texto lo explica muy bien. Genial Marisa, realmente leerte es un placer.
Besos

Jajaja... eres tremendo Amigo Ventura, pura generosidad para conmigo y te lo agradezco mucho. Y valoro enormemente tus comentarios.
Gracias y me alegro de que te haya hecho "confesar"
Un beso

[Óscar Distéfano]

¡Admirable! Jamás se me hubiera ocurrido que LA DISTANCIA era un arma defensiva absolutamente disuasiva, el contrapeso ideal, perfecto, a nuestra obsesión masculina del poder. Tu descripción es todo un ensayo psicológico, además de un texto literario sin fisuras, donde la literatura queda agradecida, y nosotros tus lectores también.

Un gran abrazo, apreciada compañera.
Óscar

[Marisa Peral]

¡Admirable! Jamás se me hubiera ocurrido que LA DISTANCIA era un arma defensiva absolutamente disuasiva, el contrapeso ideal, perfecto, a nuestra obsesión masculina del poder. Tu descripción es todo un ensayo psicológico, además de un texto literario sin fisuras, donde la literatura queda agradecida, y nosotros tus lectores también.

Un gran abrazo, apreciada compañera.
Óscar

Las mujeres, en general, no somos obsesivas con las "armas" pero cuando encontramos una y nos funciona no dudamos en utilizarla... Jajajaja
Muchísimas gracias por tu estupendo comentario, amigo Óscar, me alegra que te hayas detenido en mis letritas y que hayas disfrutado de este pequeño relatito.
Otro abrazo para tí.

[Marisa Peral]

EL MANDO

Siempre lo consigues.
No sé como lo haces pero siempre es así y me odio por eso, me odio por consentir que ocurra.
Si amor, ya, ya, ya sé que me adoras, que soy todo para ti, que vives y te desvives por mi, pero sabes... a veces no es suficiente.
A veces no hace falta decir todas esas cosas bonitas y profundas, a veces suenan huecas, egoístas, sobre todo cuando al decirlas pretendes que me sienta agradecida por ello... y solo consigues que me sienta atrapada.
Intentas que todos los que de verdad te queremos actuemos única y exclusivamente de la forma que tu quieres. Te sorprende y exaspera que seamos capaces de hacer algo con lo que tú no estás de acuerdo, que tomemos nuestras propias decisiones, que seamos libres.
Cuando yo decido hacer algo sin tu aprobación, algo se remueve en tu interior y te transformas, te conviertes en un ser despreciable que no conozco y al que odio, un ser que quiere demostrar que EL MANDO es suyo.
Intentas controlarme con EL MANDO, te da una sensación de poder indescriptible y dominas la situación. Crees que así ahuyentas todos los fantasmas pero el miedo sigue ahí, si, lo veo en tus ojos.
Es curioso pero no te das cuenta de que al final no consigues lo que pretendes.


LA DISTANCIA

Cuando tú activas EL MANDO en mi se activa LA DISTANCIA.
Me odio, me callo, acepto tus órdenes pero yo marco LA DISTANCIA y poco a poco te vas dando cuenta de que no sirve de nada tener EL MANDO si no puedes controlar LA DISTANCIA.
Duele ¿verdad?
A veces puede ser más cruel LA DISTANCIA y ese es mi poder contra ti. En ese estado no me reconozco, me vuelvo hermética, fría, insensible y me cuesta un trabajo terrible mantener la situación.
Pero es entonces cuando tú flaqueas y empiezas a olvidar EL MANDO, es entonces cuando LA DISTANCIA empieza a acortarse, cuando yo hablo y te digo que no me ahogues, que no me encierres en una jaula aunque sea de oro, y te acaricio y te digo que te quiero y tu miedo se va, sí, lo veo en tus ojos.
Cuando tú abandonas EL MANDO yo olvido LA DISTANCIA.
¿Cuándo los tiraremos definitivamente?
---
© MAR - Junio 99

Repongo este relatito con alguna corrección mínima.

[Ana García]

Y una sonrisa me recorre entre ese mando y su distancia.
Supongo que también se necesita un poquito de esa distancia para que la vuelta sea especial. Para ver cómo la pareja abandona el mando.
Un buena lectura, sí señor.
Un beso.