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Latido mineral

Publicado: Dom, 21 Nov 2010 16:09
por Ana Muela Sopeña
En el latido mineral de la palabra
habita tu cuerpo abierto
a mi vientre de luz, salitre y sombra.

Cuando te miro en pulsos de la tierra
me veo en los espejos del silencio,
amarrada a la cal de un punto lúbrico
que me incita a esperar que tú me roces
y me lleves por mares de deseo,
drogada como un péndulo de agua.

En un vaivén de mundos invisibles
te deslizas sin prisa por mi arena,
para arrojarme sola
por los acantilados de los lobos.

Soy un metal que ansía disolverse
en tu boca de fuego,
en tu saliva ardiente y temeraria
para ser la penumbra más antigua
de todas las mujeres de la historia.

Sólo quiero que tú me inicies, luna,
en volcanes de lava y de azabache
donde una urbe llena de sorpresas
me transporte al lugar del gozo eterno.

Sólo quiero que tú me invoques, sol,
en las cuevas tan lóbregas
en medio de fisuras interiores,
para danzar en medio de tu bosque.

Soy el sueño ceñido a diosas cálidas
que lloran en su celda de castigo
por desafiar las convenciones.

En el centro del alba
residen las visiones de mi piel,
donde los jeroglíficos se abren
a los umbrales del susurro.

Una trampa de hielo
se cierne sobre mí,
pero en tu mano está encender la hoguera
del nido sobre el tiempo inmemorial.


Ana Muela Sopeña

Re: Latido mineral

Publicado: Dom, 21 Nov 2010 17:49
por Luna de Nos
Ana Muela Sopeña escribió:En el latido mineral de la palabra
habita tu cuerpo abierto
a mi vientre de luz, salitre y sombra.

Cuando te miro en pulsos de la tierra
me veo en los espejos del silencio,
amarrada a la cal de un punto lúbrico
que me incita a esperar que tú me roces
y me lleves por mares de deseo,
drogada como un péndulo de agua.

En un vaivén de mundos invisibles
te deslizas sin prisa por mi arena,
para arrojarme sola
por los acantilados de los lobos.

Soy un metal que ansía disolverse
en tu boca de fuego,
en tu saliva ardiente y temeraria
para ser la penumbra más antigua
de todas las mujeres de la historia.

Sólo quiero que tú me inicies, luna,
en volcanes de lava y de azabache
donde una urbe llena de sorpresas
me transporte al lugar del gozo eterno.

Sólo quiero que tú me invoques, sol,
en las cuevas tan lóbregas
en medio de fisuras interiores,
para danzar en medio de tu bosque.

Soy el sueño ceñido a diosas cálidas
que lloran en su celda de castigo
por desafiar las convenciones.

En el centro del alba
residen las visiones de mi piel,
donde los jeroglíficos se abren
a los umbrales del susurro.

Una trampa de hielo
se cierne sobre mí,
pero en tu mano está encender la hoguera
del nido sobre el tiempo inmemorial.


Ana Muela Sopeña




Ana, hoy, siento que me mecì en tus versos, es un poema que tiene una fuerza especial, probablemente es que se sienten puntos en los que se coincide y entonces, la voz de quien lo dice se escucha màs fuerte (refirièndolo a fortaleza). Me encanta el poema todo, y la estrofa final especialmente. Un abrazo, Luna.-

re: Latido mineral

Publicado: Dom, 21 Nov 2010 22:44
por Ramón Ataz
Ana, qué buen poema, las primeras estrofas delicadamente sensuales son fantásticas, pero el climax llega con esa invocación a la luna y al sol, que se hace natural porque el poema brotaba hasta ese momento de la tierra misma, y tras las ivocaciones llegas todavía más al centro de la poesía en todo cuanto esta tiene de encantamiento.

Es un poema mágico, algo habitual en tí, místico y erótico a la vez.

Me ha encantado, de verdad.

Un abrazo.

Publicado: Dom, 21 Nov 2010 22:52
por Ramón Carballal
Has encajado las piezas de tu talento para escribir un poema magnífico. Coincido con el comentario de Ramón, tienen magia estas letras. Un abrazo.

re: Latido mineral

Publicado: Dom, 21 Nov 2010 23:06
por Pilar Morte
Muy hermoso, Ana, creo que te ha salido un buen poema. Sentimiento y deseo sobre estos versos que llegan plenamente.
Abrazos
Pilar

Publicado: Lun, 22 Nov 2010 14:34
por Ana Muela Sopeña
Gracias, Luna, me encanta que el poema te haya llegado.

Un beso grande
Ana

A JUAN

Publicado: Lun, 22 Nov 2010 22:29
por Ana Muela Sopeña
Gracias, Juan. La verdad es que el amor a una persona siempre termina conectándose con el amor a la Tierra, al universo, al sol, a la luna. Somos cocreadores y sentimos el pulso de la galaxia. En el amor humano nos sincronizamos también con otro tipo de conexión cósmica. Al menos así lo siento yo.

Muchas gracias por este hermoso comentario que me brindas.
Un abrazo
Ana

Publicado: Mar, 23 Nov 2010 2:06
por Josefa A. Sánchez
Cuanta sensualidad y terneza en tus versos. Me llega íntimamente.
Un abrazo.
Pepa