Editorial Alaire

A veces, me toma de la mano
y yo la dejo que haga,
y hago que no me entero de la suave caricia
derramada en mi goce.
Es un susurro el tiempo que transcurre a su lado
y ella lo sabe,
sabe, que yo sé que no tiene futuro nuestro encuentro,
que nada dura siempre
y menos su contacto.

Me esfuerzo en que me siga,
le allano los caminos
y no le pongo trabas a su breve acercarse,
pero se me hace esquiva,
esquiva e implacable cuando la llamo a gritos
pidiendo que regrese.
Que regrese y se olvide
de aquellos que la llaman con más voz que la mía
y a los que sí visita, cientos,
miles de veces.

Que acaricie de nuevo con su breve esperanza
este futuro vacuo, anodino e ingrato
que sin ella no es nada,
y que cruel vaticino
si no vuelve ahora mismo a mostrarse dispuesta
a tomarme de nuevo
de la mano y llevarme lejos del infortunio
que supone no hallarla,
no poseerla entera,
sin límite de tiempo, entregada en mis brazos.

Vuelve, Suerte, y cógeme la mano,
porque tiene,
la muerte atenazada la otra entre las suyas.





Mario.

Amante inconstante, la Suerte; y fiel y paciente, la Muerte. Me parece que describes perfectamente, en una hermosa metáfora del amor, en lo que consiste la vida, este producto condimentado de tiempo, soledad, alegrías, penas y esperanzas, suerte... más otros ingredientes al gusto o al disgusto de cada cual, con fecha de caducidad.
Salud.

Me encantan tus versos Mario, con un toque nostalgico, pero el amor siempre presente... aunque sea de mano de la muerte.
Abrazos

Muy buen poema, estimado Mario. Me ha gustado la parábola en tus versos, la analogía de la suerte y la muerte con dos amantes que se disputan tu vida.

Un gusto pasar por estos versos, saludos

Javier

es que es así mismo el vaivén de vivir.
tu lo describes con ese aire de tí propio
y te salió requetebien.

abrazos Mario

lázaro.

Qué bonita metáfora! La suerte, verdaderamente se comporta así, como el amor. Ni siempre podemos sentir que camina de nuestra mano. Me ha encantado tu poema. Besos.

Sí, Julio, amigo mío, la suerte es tansólo buena compañera para algunos, a otros ni tan siquiera se aproxima. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo.

Mario.

Que no te suelte de su mano, Mario, que aunque es inconstante mejor tenerla de vez en cuando que no tenerla. Tremendo disfrute caminar tus versos.
Un abrazo.
Pepa

Muy bueno este poema Mario, con un final estremecedor.
me ha gustado la forma relajada en la que llega y la paz que sientes al leerlo.

En definitiva un gran poema que recomendaría leer.

Un fuerte abrazo

Joan

Hola Mario: me ha gustado mucho este poema, todo su desarrollo, sobre todo por ese sorprendente final que cambia al lector la perspectiva de lo que había leído hasta ese momento. Es un poema original y perfectamente construido.

Un abrazo.

Gracias Lila, me alegra saber que te gustaron, amiga mía. Un abrazo.

Mario.

Gracias Javier B.

Me alegra saber que te gustó el poema, amigo mío. Un abrazo.
Mario.

Ah! el difícil el arte de la seducción... y si de la Suerte, hermosa doncella se trata, tarea perdida e imposible. Pues es ella sin duda la que elige a sus amantes. Yo tuve a la Suerte una noche entre mis brazos, pero al despertar, se me fue con otro. Qué mala Suerte me dije, y la Mala Suerte es desde entonces, mi amante. Estoy deseando se vaya con otro... pero todos tienen la Suerte que yo no tengo.
Bonita metáfora e ingeniosos versos amigo mío.
Un abrazo.
J. Manuel

Gracias Gitano, por tu siempre cálida entrada en mis versos. Un abrazo, amigo mío.
Mario.

Gracias Mar, por tu lectura y cálido comentario. Abrazos.
Mario.