DE ÁNSARES Y OTRAS AVES
Publicado: Vie, 29 Oct 2010 21:16
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Fue el delirio del esnobismo de los ánsares;
de eso estoy seguro.
Como lo estoy de haber levantado la mirada,
la ciudad y las manos.
Y a mirada alzada nadie me gana,
salvo en época
de semipenumbra en tiempos de sol caedizo
( los servicios municipales se ven desbordados
en la recogida, traslado y reciclaje de la luz).
Por eso,
el Otoño está muy desprestigiado,
los atardeceres parecen sacados de antiguos
catálogos de ventas por correo
(y luego dicen de los probos funcionarios)
y se deshacen en la punta de los dedos.
Los ángeles murieron inanes
-inocente inocencia-,
atrapadas sus alas en las aspas de las horas
que jugaban al juego de rodar por los relojes.
(A todo esto,
tu ausencia no hace sino cambiar
las reglas del juego:beso de boca a boca
y muero porque me toca.)
Decía,
la turbia claridad, el halo halo-
genado y sucio
que vierten las farolas, los automóviles
miopes, los seres desdibujados que cruzan
arrastrando los pies y los pasos cebras
y quizá la vida. Todo ese trágico
tráfico, las derrotas escritas en el vaho,
adoquines rielantes (no se sabe
si de lágrimas o saliva),
escaparates tristes y con maniquies
de luto, no consiguen cotizar
al alza este otoño (sin ti) de purpurina,
papel cuché y ánsares (esnobs) con pajarita.
Andrés.
2010 -r-
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Fue el delirio del esnobismo de los ánsares;
de eso estoy seguro.
Como lo estoy de haber levantado la mirada,
la ciudad y las manos.
Y a mirada alzada nadie me gana,
salvo en época
de semipenumbra en tiempos de sol caedizo
( los servicios municipales se ven desbordados
en la recogida, traslado y reciclaje de la luz).
Por eso,
el Otoño está muy desprestigiado,
los atardeceres parecen sacados de antiguos
catálogos de ventas por correo
(y luego dicen de los probos funcionarios)
y se deshacen en la punta de los dedos.
Los ángeles murieron inanes
-inocente inocencia-,
atrapadas sus alas en las aspas de las horas
que jugaban al juego de rodar por los relojes.
(A todo esto,
tu ausencia no hace sino cambiar
las reglas del juego:beso de boca a boca
y muero porque me toca.)
Decía,
la turbia claridad, el halo halo-
genado y sucio
que vierten las farolas, los automóviles
miopes, los seres desdibujados que cruzan
arrastrando los pies y los pasos cebras
y quizá la vida. Todo ese trágico
tráfico, las derrotas escritas en el vaho,
adoquines rielantes (no se sabe
si de lágrimas o saliva),
escaparates tristes y con maniquies
de luto, no consiguen cotizar
al alza este otoño (sin ti) de purpurina,
papel cuché y ánsares (esnobs) con pajarita.
Andrés.
2010 -r-
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