Dédalo conversa con su hijo muerto
Publicado: Sab, 23 Oct 2010 20:05
Yo, el mago y el príncipe, un estigma
cuyo ojo de diamante ciega.
Yo el planeta sin hemisferio, el que inventó
la red de los ventrículos de sal.
Ahora, en mi torpe habitación el cielo se vuelve rojo
pero hay un don y un mapa abierto de banderas y mar.
He aquí la sombra, alguien teje en los ovarios de la pluma
su piel de pájaro y noche.
Mira esa cruz que el horizonte maltrata, en su yermo elixir
las islas se abren como indómitos planetas.
Es así el futuro, un hogar extraño como el rocío y la caléndula,
un viento que acicala los miembros mutilados del azar.
Toma el dibujo(pues no son alas mis esferas
ni mi orgullo tienta las hélices del fuego).
El viaje ama las estaciones, la libertad rompe el color
y en su encendido azul acuchilla las crestas de la espuma roja.
No invites al sol, tu músculo es un alacrán que desafía al nadir,
¡no! las cornisas del aire no son tu templo, ¡no! la efigie
no mide su mármol ni su olimpo.
De pronto la curva de un dios o el hospitalario abril
de una encina.
No hay destino incomprensible, toda vida escribe su verbo
con pétalos insomnes.
¿esperabas acaso una muerte de sirenas o es que el invierno
se hizo escarcha y sinrazón?
Sólo falta la prontitud del oráculo, la sombra
como un laberinto de espejos, y tu maquillaje
y tus heroicos leones bajo columnas de pálpito.
Yo no sé si hay nubes o sol en mi raíz sin huella,
solo sé de las horas viejas, de su luz y su incógnita,
de ese rostro que hoy me vigila, de tu corazón fósil
sobre el mar donde yo elegí un nombre. ICARO,
icaria, edén.
cuyo ojo de diamante ciega.
Yo el planeta sin hemisferio, el que inventó
la red de los ventrículos de sal.
Ahora, en mi torpe habitación el cielo se vuelve rojo
pero hay un don y un mapa abierto de banderas y mar.
He aquí la sombra, alguien teje en los ovarios de la pluma
su piel de pájaro y noche.
Mira esa cruz que el horizonte maltrata, en su yermo elixir
las islas se abren como indómitos planetas.
Es así el futuro, un hogar extraño como el rocío y la caléndula,
un viento que acicala los miembros mutilados del azar.
Toma el dibujo(pues no son alas mis esferas
ni mi orgullo tienta las hélices del fuego).
El viaje ama las estaciones, la libertad rompe el color
y en su encendido azul acuchilla las crestas de la espuma roja.
No invites al sol, tu músculo es un alacrán que desafía al nadir,
¡no! las cornisas del aire no son tu templo, ¡no! la efigie
no mide su mármol ni su olimpo.
De pronto la curva de un dios o el hospitalario abril
de una encina.
No hay destino incomprensible, toda vida escribe su verbo
con pétalos insomnes.
¿esperabas acaso una muerte de sirenas o es que el invierno
se hizo escarcha y sinrazón?
Sólo falta la prontitud del oráculo, la sombra
como un laberinto de espejos, y tu maquillaje
y tus heroicos leones bajo columnas de pálpito.
Yo no sé si hay nubes o sol en mi raíz sin huella,
solo sé de las horas viejas, de su luz y su incógnita,
de ese rostro que hoy me vigila, de tu corazón fósil
sobre el mar donde yo elegí un nombre. ICARO,
icaria, edén.