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El tío Sindo

Publicado: Vie, 30 Nov 2007 15:40
por Julio Gonzalez Alonso
El tío Sindo

La cantina del pueblo era una foto de hace cincuenta años. Los mostradores, altos, de maderas nobles del lugar; las ventanas y puertas ancladas en pesados goznes y las columnas de hierro de fuste estriado y con un asomo de decoración simulando un capitel a la altura de las vigas que sujetaban los techos elevados y ahumados por los vapores de mercancías tan variadas como los vinos verdes de año, por las aceitunas, los chorizos y jamones de la casa o las latas de escabeche que permanecían abiertas para acompañar en forma de tapa los vasos de vino de los parroquianos y veraneantes.

La foto podía ser perfecta desde la esquina donde observaba perplejo la escena, si nos entretuviéramos en quitar de en medio el cartelón colgado de la columna que anunciaba los helados. Al fondo, se apilaban en las estanterías cacharros de barro, porrones, porcelanas y ollas en un orden que fue marcando el tiempo al irlas amontonando a la espera de salir a los fogones, las cocinas de leña y las mesas. Y, al parecer, la espera ha sido larga para tan variopintos artículos, incluidas las sartenes y paelleras que colgaban inmóviles y cubiertas de polvo de los techos. La pared se doblaba en una esquina arrastrando con ella estanterías y cacharros hasta volver a replegarse sobre sí misma nuevamente a la derecha y terminar encontrándose con la fachada de ancho muro de piedra de la cantina.

Y para que nada faltase en la foto, acodado sobre el alto mostrador, un paisano enjuto observaba al personal, gente forastera y veraneante, desde su singular atalaya. Era el tío Sindo, boina calada hasta las cejas apretadas sobre los pequeños ojos hundidos en la edad de los ochenta, aunque la edad de los paisanos despista bastante, y la nariz cayendo sobre una boca arrugada en una sonrisa desdentada.

Llevándose ambas manos al cinturón, pega un tirón seco para subirse los pantalones y girarse para pedir a la dueña el vaso de clarete y la tapa. La dueña y el tío Sindo completan la escena de la postguerra, haciendo desaparecer -con su sola presencia- a la concurrencia y el barullo que acompaña a la gente veraneante y ociosa. Ya no es posible desplazar la atención del círculo mágico que el tiempo, sobremanera imprevisible, ha trazado alrededor de los personajes de la cantina, ultramarinos y botica de remedios antiguos de hierbas escogidas en ribazos y riscos que conocieron todos los rigores de los inviernos nevados y de los calurosos veranos. No es posible despejar la atención de la cara redonda de la dueña, las manos moviéndose sin parar entre el mandil, mientras le espeta al tío Sindo una de las frases acuñadas en tantos años de idas y venidas al mostrador, desde los tiempos en que las velas, el aceite y las latas de sardinas acompañaban al olor picante del pimentón que más tarde ardería en las sopas de ajo de las larguísimas noches de hambre e invierno, o se apretaría en la carne de los chorizos que secarían las mismas frías noches del mismo largo invierno.

Los pantalones del tío Sindo, hoy de domingo, son de paño y bombachos, recogidos bajo unos calcetines de blanco crudo tejidos en lana que se hunden sin arrugas en las botas cortas. Es fácil imaginar las madreñas de los días de diario cuando el tío Sindo, con la ijada de azuzar la pareja de vacas del carro en una mano, y en la otra la copina de orujo aderezada con alguna de las frases zahirientes de la dueña acerca de lo divino y lo humano o del destino y la salud, se para el minuto justo, cotidiano y monótono, para seguir camino de la labor entre el ganado. Entonces no hay veraneantes que observar con sonrisa socarrona y amable. Es la foto repetida, congelada en el tiempo, que aguantará lo que la dueña y el tío Sindo aguanten esta vida. Y después, simplemente, se desdibujará lentamente para acompañarlos donde sea.

Mientras, por un tiempo también impredecible, aquí las ollas y cacerolas continuarán llenando sus vientres del aire cerrado de la cantina, tienda y botica de un tiempo que hoy, el privilegio de la casualidad, puso en el objetivo de una cámara fotográfica, animada para hacer realidad el deseo de Vassily Kandinsky de meter al espectador en el cuadro; sólo que esta vez, literalmente, cuadro y fotografía, personajes e historia, se mezclaron en los minutos del domingo de un verano para sorpresa y regocijo del veraneante. Y quizás, no sé, también de la dueña y el tío Sindo.


Imagen
En la taberna.- Óleo de José Bardasano Bos
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Publicado: Sab, 08 Dic 2007 8:47
por Rafel Calle
Excelente relato que ya te había leído en el foro anterior.
Enhorabuena, querido amigo.
Te mando un fuerte abrazo.

Publicado: Dom, 09 Dic 2007 21:22
por Julio Gonzalez Alonso
Rafel Calle escribió:Excelente relato que ya te había leído en el foro anterior.
Enhorabuena, querido amigo.
Te mando un fuerte abrazo.
Gracias, Rafael; en su momento (como puede leerse en el foro cerrado) ya me comentaste este relato subrayando el estilo costumbrista en el que está escrito. Te lo agradecí entonces y te lo agradezco ahora, con la intención de insertar algunos más, también de carácter costumbrista, ajustándome a la extensión (de la que me excedí en otro relato que no reproduciré aquí) que se considera suficiente para el foro. Pretendo evocar imágenes y situaciones que se entremezclan con la memoria de la infancia con alguna reflexión sobre el paso del tiempo. Ya veremos si tienen cabida aquí.

Salud.

re: El tío Sindo.

Publicado: Dom, 09 Dic 2007 22:02
por Alonso de Molina
otro relato que fluido y ameno
se deja leer con agrado


un abrazo
.

Re: re: El tío Sindo.

Publicado: Mar, 11 Dic 2007 23:11
por Julio Gonzalez Alonso
Alonso de Molina escribió:otro relato que fluido y ameno
se deja leer con agrado


un abrazo
.

Pues me hace feliz que así sea, amigo Alonso. No tiene este relato, como ocurre con los tuyos, el factor sorpresa, pero siempre espero que quien comience a leer y pase del segundo renglón consiga llegar al final sin mayores dificultades.

Gracias por tus palabras.
Salud.

Publicado: Lun, 23 Sep 2013 20:48
por Hallie Hernández Alfaro
Sube este trabajo para nuestro deleite.

Amigo Julio, espero que disfrutes mucho tu mágico viaje por el Gran Sur.

¡Qué todo os sea propicio en tan buenas tierras!.

Publicado: Vie, 27 Dic 2013 13:36
por Julio Gonzalez Alonso
Hallie Hernández Alfaro escribió:Sube este trabajo para nuestro deleite.

Amigo Julio, espero que disfrutes mucho tu mágico viaje por el Gran Sur.

¡Qué todo os sea propicio en tan buenas tierras!.



Hace algún tiempo ya de tu comentario, tanto como de mi viaje por sudamérica, pero no quiero dejar de agradecerte, Hallie, el detalle de pararte en El tío Sindo y dejarme tan estupendo comentario. Abrazos navideños.
Salud.

Publicado: Vie, 27 Dic 2013 16:52
por Arturo Rodríguez Milliet
Exquisita filigrana descriptiva, un placer leerte.
Un afectuoso abrazo de año nuevo

Publicado: Sab, 08 Feb 2014 10:47
por Julio Gonzalez Alonso
Arturo Rodríguez Milliet escribió:Exquisita filigrana descriptiva, un placer leerte.
Un afectuoso abrazo de año nuevo



Un afectuoso saludo, Arturo, y gracias por tu comentario. Con un abrazo.
Salud.

Publicado: Sab, 08 Feb 2014 17:39
por Gerardo Mont
No escribes poeta, pintas con letras y el cuadro toma vida, mientras uno fluye por sus detalles y su significado, disfrutando del paso por allá, por la cantina y hace amigos que estarán por buen rato. Un gran gusto de lectura, sin duda. Un gran abrazo.

Publicado: Dom, 09 Mar 2014 13:54
por Julio Gonzalez Alonso
Gerardo Mont escribió:No escribes poeta, pintas con letras y el cuadro toma vida, mientras uno fluye por sus detalles y su significado, disfrutando del paso por allá, por la cantina y hace amigos que estarán por buen rato. Un gran gusto de lectura, sin duda. Un gran abrazo.

Gracias por la paciencia de leer y el tiempo que te has tomado para comentarme de manera tan halagüeña. Con un abrazo.
Salud.

re: El tío Sindo

Publicado: Vie, 11 Abr 2014 6:57
por Concha Vidal
Desde el 2007, El tío Sindo va caminando con nosotros, Al Aire caminante de poemas.
Lo retomo Julio, es digno de estar de nuevoel primero.
Abrazos marinos.

Re: re: El tío Sindo

Publicado: Sab, 19 Abr 2014 21:35
por Julio Gonzalez Alonso
Concha Vidal escribió:Desde el 2007, El tío Sindo va caminando con nosotros, Al Aire caminante de poemas.
Lo retomo Julio, es digno de estar de nuevo el primero.
Abrazos marinos.


Gracias, amiga Concha. Que siga caminando el tío Sindo y nosotros con él, ¿no te parece? Me ha hecho mucha ilusión el encuentro contigo en este texto de 2007. Con un abrazo.
Salud.