
Leía Joyce cruzando la frontera
como polizonte clandestino
para buscar Wyoming,
Elisa se había quedado en la cerca
atrapada en su miedo,
hicimos el amor en un vagón
a golpe de rieles y ruedas
con huesos y carnes atados por el frío.
Su borracho padre de siempre
dejó a su madre loca,
a su hermano delincuente
y a Elisa sin su risa.
Este verano anuncian de antemano
que habrá ciclones,
Uno se acostumbra a los desastres como al hambre,
le conté la última vez
que habian llovido sillas hasta hacerse madera
y sin que lo vieran
se fué fraguando la carne voluptuosa y desnuda
como estaba ella,
ligeré sus penas hasta que se rió
luego me amó
con su miedo y con su hambre.
En Sonora sin demora
nos prometimos buscarnos y en su adiós
se levantó la blusa sin excusas,
los que tienen el poder
no saben nada de literatura
y no pueden disfrutar de travesura
sino sólo joder.
Arizona se me asoma
como una cueva de cráneos
privilegiados,el cowboy
es como un niño grande
de vacas y amarres.
Paso por Tucson,Wyoming
queda al norte en esta recta,
(le debo a las mujeres
el desafío y las apuestas),
regresaré por Elisa
la buscaré en los bares,
cumpliedo mi promesa...
...si no está muerta
en Juaréz.
Lázaro.