Editorial Alaire

I



Me drogo hasta las cejas

en mi propia estupidez,



respiro en mí

muy adentro


buscando en lo preciso,


y sangro

por ser civilizado.





II



Más allá

del párpado cerrado


se arruga

la luz de la mañana,




muerde …

el rostro iluminado del destino.





III




Viajo mucho

a mí mismo,


donde nadie me espera,



tan solo

un amplio límite,


que no acaba en mí.





IV





Es todo tan sencillo

tan increíblemente simple

y sin embargo,


a veces

te desborda

sin saber muy bien que hacer,


tan solo asumir …


el tránsito,


el tiempo.

Me gustaron estas píldoras que identifico con algunos momentos vividos. Un placer leerte
Abrazos
Pilar

Gracisa Pilar me alegro que te gustasen estas pildoras


uN abrazo

No por breves menos buenas estas píldoras que se toman con sensaciones familiares.
Un abrazo.
Pepa

Gracias Josefa poe acercarte



Un abrazo

Son buenas estas cuatro píldoras que de alguna manera suponen un confrontación de tu intimidad contra la realidad del entorno.
Si, curiosamente, un píldora es algo que nos tomamos (de fuera a adentro), aquí partes de tu interior para proyectarlo hacia el exterior,con esa sangrado de la primera o ese rostro mordido por la luz de la segunda píldora.

Una entrega interesante y original.

Un fuerte abrazo

Joan

gracias Joan por tu comentario.



Un fuerte abrazo.