Diecisiete violetas esperando
Publicado: Vie, 08 Oct 2010 0:23
I
La belleza de un mundo bajo el agua
nos espera a la vuelta de la esquina.
Entonces nuestros besos serán árboles
y nos cobijaremos con su sombra.
II
Tú me recordarás entre la bruma.
Te visualizaré bajo la lluvia
en las encrucijadas de las rosas,
más allá de la luz y su frecuencia.
III
Te llevaré enigmático
en esa soledad
de minutos apátridas,
en el deseo errático
de unos labios jugosos y sensuales.
IV
Susurrarás ni nombre por las tardes,
cuando todo se anegue en el silencio
y contemples crepúsculos vacíos
susceptibles de ser segundos plenos.
V
La niebla nos hará sus hijos pródigos
con sus brazos azules.
VI
Me mirarás desnudo entre las sábanas,
en el espejo amado de tu infancia.
VII
Diecisiete violetas esperando
que nos veamos solos por las calles.
VIII
La luna será cómplice
de nuestras horas lánguidas de fuego.
IX
El instinto de tierra
nos acompañará toda la vida
y nos dará el regalo
de los pájaros híbridos de sueño.
X
Utopías amadas,
mensajes en botellas en la orilla
de un mar embravecido y misterioso.
XI
Me llamarás oculto entre las rocas
y mi voz te hará aliado de los vientos.
XII
En balcones de sol seré tu amiga
y tú mi compañero de la luna.
XIII
Miraremos a Venus por las noches
y sabremos que el otro está muy cerca.
XIV
Un lobo solitario en la manada
aullará sin un límite
cada vez que mi nombre sea tuyo.
XV
Una lágrima blanca en la penumbra
en laberintos áureos
alcanzará mi alado corazón.
XVI
Tu regreso será mi obsequio lúbrico
en mi caja de música y coral.
XVII
Cruzaremos la calle sonrientes
y nos saludaremos sin tocarnos
escondiendo en la piel nuestro secreto.
Ana Muela Sopeña
La belleza de un mundo bajo el agua
nos espera a la vuelta de la esquina.
Entonces nuestros besos serán árboles
y nos cobijaremos con su sombra.
II
Tú me recordarás entre la bruma.
Te visualizaré bajo la lluvia
en las encrucijadas de las rosas,
más allá de la luz y su frecuencia.
III
Te llevaré enigmático
en esa soledad
de minutos apátridas,
en el deseo errático
de unos labios jugosos y sensuales.
IV
Susurrarás ni nombre por las tardes,
cuando todo se anegue en el silencio
y contemples crepúsculos vacíos
susceptibles de ser segundos plenos.
V
La niebla nos hará sus hijos pródigos
con sus brazos azules.
VI
Me mirarás desnudo entre las sábanas,
en el espejo amado de tu infancia.
VII
Diecisiete violetas esperando
que nos veamos solos por las calles.
VIII
La luna será cómplice
de nuestras horas lánguidas de fuego.
IX
El instinto de tierra
nos acompañará toda la vida
y nos dará el regalo
de los pájaros híbridos de sueño.
X
Utopías amadas,
mensajes en botellas en la orilla
de un mar embravecido y misterioso.
XI
Me llamarás oculto entre las rocas
y mi voz te hará aliado de los vientos.
XII
En balcones de sol seré tu amiga
y tú mi compañero de la luna.
XIII
Miraremos a Venus por las noches
y sabremos que el otro está muy cerca.
XIV
Un lobo solitario en la manada
aullará sin un límite
cada vez que mi nombre sea tuyo.
XV
Una lágrima blanca en la penumbra
en laberintos áureos
alcanzará mi alado corazón.
XVI
Tu regreso será mi obsequio lúbrico
en mi caja de música y coral.
XVII
Cruzaremos la calle sonrientes
y nos saludaremos sin tocarnos
escondiendo en la piel nuestro secreto.
Ana Muela Sopeña