HISTORIA DE UN NOSTÁLGICO IMPENITENTE
Publicado: Mar, 05 Oct 2010 6:45
A José Manuel Sáiz, por su poema A contracorriente
"Quién me dijera, Elisa, vida mía..."
Garcilaso,
¿todavía andas así, con esas églogas
al sol naciente y cantando a las ninfas
del río Tajo?
¿Todavía te encuentras revolviendo papeles,
mirando en anaqueles de rancias bibliotecas,
con los viejos volúmenes de la esperanza
ida?
"Si Garcilaso volviera..."
Pues mire usted, don Rafael,
Garcilaso está aquí,
y nos contempla ávido de amores
pidiéndole a los dioses por nosotros,
porque andamos
subidos en el AVE,
volando en Air-bus,
pero nunca encontramos
una vega florida y llena de los soles,
ni un cuerpo que nos diga nuestro nombre primero
y nos lleve a la cima
más alta de la noche.
"Hermosas ninfas que en el río metidas..."
Si ya todo pasó: si pasaron las luces,
los colores, la forma tierna y firme
de sus pechos, labios que se besaban
y cabellos al oro de la aurora.
¿Qué buscas, Garcilaso ?
¿Qué esperas de nosotros
si estás muy viejo ya, has cumplido
casi quinientos años
y nadie te socorre en tu amargura?
"Quién me dijera, Elisa, vida mía..."
Garcilaso,
¿todavía andas así, con esas églogas
al sol naciente y cantando a las ninfas
del río Tajo?
¿Todavía te encuentras revolviendo papeles,
mirando en anaqueles de rancias bibliotecas,
con los viejos volúmenes de la esperanza
ida?
"Si Garcilaso volviera..."
Pues mire usted, don Rafael,
Garcilaso está aquí,
y nos contempla ávido de amores
pidiéndole a los dioses por nosotros,
porque andamos
subidos en el AVE,
volando en Air-bus,
pero nunca encontramos
una vega florida y llena de los soles,
ni un cuerpo que nos diga nuestro nombre primero
y nos lleve a la cima
más alta de la noche.
"Hermosas ninfas que en el río metidas..."
Si ya todo pasó: si pasaron las luces,
los colores, la forma tierna y firme
de sus pechos, labios que se besaban
y cabellos al oro de la aurora.
¿Qué buscas, Garcilaso ?
¿Qué esperas de nosotros
si estás muy viejo ya, has cumplido
casi quinientos años
y nadie te socorre en tu amargura?