Editorial Alaire

Yo el hombre perdido,
yo que pronuncié la metamorfosis de un eco.

Ya lo sé son pensamientos que atrapan un signo,
pero la sed templa sus raíces con bocados de amistad,
con alfiles que agitan su silencio.

Una vida que mide sus pasos, el sonido de un mapa,
las raíces sin virtud y la inocua generosidad de la flor.

He aquí mi féretro o mi oasis, tiembla la mirada
sobre tejados sin rostro y pienso en alacranes voladores
o en aquella palabra que no encendió el imposible pétalo
de un segundo.

Yo vivo entre amapolas y son mis orificios noches tortuosas,
allí las cicatrices oxidan su tránsito como un epitafio sin fronteras
ni limite.

¿eres tú la clámide que viaja, el rompeolas, la pasión de la isla,
el sol que grita sus alas de término y piedad?

Recuerdo noches como un pozo azul, mil viajes,
mi corazón teñido de sueños, el licor en los labios
y una pregunta como una raíz sin sombra.

Ven al espacio del ámbar(hay púlpitos y espejos
que reconocen tu abril),ven si quieres a los hostales
que acechan tu luna.

Allí en mi memoria, en mis rodillas de niño
un lugar amanece por ti con sus persianas liquidas
y su sonrojo y su cálida quietud de amor y esferas.

Hoy espío la piedra con su clamor de aventura
y son mis sueños lo que no hice, ese ocaso del reloj,
la órbita que el tiempo diluye, sin un nombre ni una vértebra.

Esto es lo que digo, lo que siento, lo que soy.

Me encanto toda esa nostalgia amigo, en la derrota esta el azul de las victorias,

las tardes en paz junto a los naufragos.

Un placer amigo, salud

Yo vivo entre amapolas y son mis orificios noches tortuosas,
allí las cicatrices oxidan su tránsito como un epitafio sin fronteras
ni limite.

Expongo estos versos Ramón
porque me identifico en ellos.Hay en cada obra algo
de su creador, quiero decir, de su mundo interior, donde la razón se disuelve en su subconsciente , si trasmite es de valor y tu lo logras amigo.

Abrazos.


lázaro.

Ramón Carballal escribió:Yo el hombre perdido,
yo que pronuncié la metamorfosis de un eco.

Ya lo sé son pensamientos que atrapan un signo,
pero la sed templa sus raíces con bocados de amistad,
con alfiles que agitan su silencio.

Una vida que mide sus pasos, el sonido de un mapa,
las raíces sin virtud y la inocua generosidad de la flor.

He aquí mi féretro o mi oasis, tiembla la mirada
sobre tejados sin rostro y pienso en alacranes voladores
o en aquella palabra que no encendió el imposible pétalo
de un segundo.

Yo vivo entre amapolas y son mis orificios noches tortuosas,
allí las cicatrices oxidan su tránsito como un epitafio sin fronteras
ni limite.

¿eres tú la clámide que viaja, el rompeolas, la pasión de la isla,
el sol que grita sus alas de término y piedad?

Recuerdo noches como un pozo azul, mil viajes,
mi corazón teñido de sueños, el licor en los labios
y una pregunta como una raíz sin sombra.

Ven al espacio del ámbar(hay púlpitos y espejos
que reconocen tu abril),ven si quieres a los hostales
que acechan tu luna.

Allí en mi memoria, en mis rodillas de niño
un lugar amanece por ti con sus persianas liquidas
y su sonrojo y su cálida quietud de amor y esferas.

Hoy espío la piedra con su clamor de aventura
y son mis sueños lo que no hice, ese ocaso del reloj,
la órbita que el tiempo diluye, sin un nombre ni una vértebra.

Esto es lo que digo, lo que siento, lo que soy.

Me gusto ese definirse denro del poema

Hoy espío la piedra con su clamor de aventura
y son mis sueños lo que no hice, ese ocaso del reloj,
la órbita que el tiempo diluye, sin un nombre ni una vértebra.

Esto es lo que digo, lo que siento, lo que soy.


Un abrazo.

Ramon:

Uno de los poemas mas bellos que te conozco. Introspectivo sin ser criptico.

Me ha gustado. Un saludo afectuoso

Javier

Joan Port escribió:Me encanto toda esa nostalgia amigo, en la derrota esta el azul de las victorias,

las tardes en paz junto a los naufragos.

Un placer amigo, salud

Gracias, Joan, me alegra que te guste el poema. Un abrazo.

Como dice Javier este poema introspectivo es menos críptico, supongo que porque el objeto de tus imágenes es aquí más reconocible. Como siempre hay espléndidos hallazgos. Una obra en la que merece la pena profundizar y a la que podré volver. Por cierto, el cierre, en particular, me ha encantado.

Un abrazo.

Además del arte que exhibes por costumbre, veo una gran profundidad en este poema. Es necesario leerlo varias veces para captar toda su esencia. En cada lectura se descubren nuevas maravillas.
Mi admiración siempre, Ramón.
Un abrazo
J. manuel

lazaro Habana escribió:Yo vivo entre amapolas y son mis orificios noches tortuosas,
allí las cicatrices oxidan su tránsito como un epitafio sin fronteras
ni limite.

Expongo estos versos Ramón
porque me identifico en ellos.Hay en cada obra algo
de su creador, quiero decir, de su mundo interior, donde la razón se disuelve en su subconsciente , si trasmite es de valor y tu lo logras amigo.

Abrazos.


lázaro.

Gracias, Gitano, que un poema consiga transmitir sentimientos o emociones es el mejor elogio que se le puede hacer. Un abrazo.

Ramón, qué belleza. Un poco más transparente pero abrumador.

Broche de oro, me encantan esos finales declaratorios.

Una excelente muestra de tu habilidosa pluma.

Un abrazo, compañero.

Un gusto leerte.

Es un poema bellamente triste. Cada verso brilla nítidamente, cada imagen es música y elocuencia.
Siempre un deleite leerte.
Besos poeta

Qué placer pasar por estos versos donde las imágenes y el sentimiento hablan con tanta hermosura. Un poema realmente precioso.
Abrazos
Pilar

Gabriel Vidal escribió:

Ramón Carballal escribió:Yo el hombre perdido,
yo que pronuncié la metamorfosis de un eco.

Ya lo sé son pensamientos que atrapan un signo,
pero la sed templa sus raíces con bocados de amistad,
con alfiles que agitan su silencio.

Una vida que mide sus pasos, el sonido de un mapa,
las raíces sin virtud y la inocua generosidad de la flor.

He aquí mi féretro o mi oasis, tiembla la mirada
sobre tejados sin rostro y pienso en alacranes voladores
o en aquella palabra que no encendió el imposible pétalo
de un segundo.

Yo vivo entre amapolas y son mis orificios noches tortuosas,
allí las cicatrices oxidan su tránsito como un epitafio sin fronteras
ni limite.

¿eres tú la clámide que viaja, el rompeolas, la pasión de la isla,
el sol que grita sus alas de término y piedad?

Recuerdo noches como un pozo azul, mil viajes,
mi corazón teñido de sueños, el licor en los labios
y una pregunta como una raíz sin sombra.

Ven al espacio del ámbar(hay púlpitos y espejos
que reconocen tu abril),ven si quieres a los hostales
que acechan tu luna.

Allí en mi memoria, en mis rodillas de niño
un lugar amanece por ti con sus persianas liquidas
y su sonrojo y su cálida quietud de amor y esferas.

Hoy espío la piedra con su clamor de aventura
y son mis sueños lo que no hice, ese ocaso del reloj,
la órbita que el tiempo diluye, sin un nombre ni una vértebra.

Esto es lo que digo, lo que siento, lo que soy.

Me gusto ese definirse denro del poema

Hoy espío la piedra con su clamor de aventura
y son mis sueños lo que no hice, ese ocaso del reloj,
la órbita que el tiempo diluye, sin un nombre ni una vértebra.

Esto es lo que digo, lo que siento, lo que soy.


Un abrazo.

Gracias, Gabriel, por dejar constancia de tu paso por el poema. Un abrazo.

Ramon que lira la tuya!
javier

Ramón Carballal,

Extraodinarios versos, compañero


Un abrazo fuerte