Editorial Alaire

Tengo vergüenza contigo Lidia, mi querida zurcidora. Yo que tanto me jactaba de lo mucho que me gustaba tu palabra, de lo mucho que me llevaban tus poemas, tu voz, y ya ves, esta es la hora y aún no tengo ninguno de tus poemarios. Y no, sé que no es excusa la distancia ni la geografía, ni el tiempo ni el dinero. Que ya nada nos queda como excusa.

Todavía guardo en los ojos ese poema que le escribiste a tu madre diciendo que nunca viajaría a España. Tengo esos versos por aquí, en el pecho, aunque en mi mente algunos empiezan a volverse borrosos, lejanos….

Tengo vergüenza contigo Lidia, pero aquí dejo constancia de que sigo intentando mantener prendida esa pequeña llama de la que alguna vez hablamos. Sigo creyendo que la palabra no recibe migajas, que si no vemos la poesía como una vivencia, es imposible que pueda dar en nosotros algún fruto. Dejo constancia Soledad, mi querida Soledad Sorribes, de que también te extraño, y mucho.

CERTEZA

A Lidia Biery, en memoria.
Sé cuál es el lugar que me espera
Pago una cuota todos los meses
de mi trabajo
Para tener derecho algún día
a ese pedazo de tierra
donde volveré a ser la arcilla cansada
de aquel terrible soplo.

Como cualquier hombre
conozco la banalidad inmensa
de mis sueños
Lo efímero de la tarde
La podredumbre del cuerpo
que me aprieta cálido a su volumen.

Lo sé, no me hago el tonto.


Pero inclusive con el conocimiento
de todas estas cosas
Me gusta plantar mis ojos
en los terrenos llanos de las nubes
Percibir la luz que se enreda
de las moradas montañas
haciéndose pasar entre la niebla
por pájaro o por lluvia

Me gusta perderme en esos campos azules
Quedarme absorto
Poner mis sencillas palabras por allí,
muy altas
Donde sé que el poema
jamás habrá de pudrirse.

Lo sé, los poetas también se mueren.
Aunque a veces no lo parezca.

Just: Estoy tremendamente conmovido por este poema y su historia, si los poetas tambien se mueren. Vengo pensando que cielo nos espera o que infierno, pero asumo la triste historia que seguira repitiendose mientras el hombre sea hombre,.
javier

Just Gafar escribió:Tengo vergüenza contigo Lidia, mi querida zurcidora. Yo que tanto me jactaba de lo mucho que me gustaba tu palabra, de lo mucho que me llevaban tus poemas, tu voz, y ya ves, esta es la hora y aún no tengo ninguno de tus poemarios. Y no, sé que no es excusa la distancia ni la geografía, ni el tiempo ni el dinero. Que ya nada nos queda como excusa.

Todavía guardo en los ojos ese poema que le escribiste a tu madre diciendo que nunca viajaría a España. Tengo esos versos por aquí, en el pecho, aunque en mi mente algunos empiezan a volverse borrosos, lejanos….

Tengo vergüenza contigo Lidia, pero aquí dejo constancia de que sigo intentando mantener prendida esa pequeña llama de la que alguna vez hablamos. Sigo creyendo que la palabra no recibe migajas, que si no vemos la poesía como una vivencia, es imposible que pueda dar en nosotros algún fruto. Dejo constancia Soledad, mi querida Soledad Sorribes, de que también te extraño, y mucho.

CERTEZA

A Lidia Biery, en memoria.
Sé cuál es el lugar que me aguarda
Pago una cuota todos los meses
de mi trabajo
Para tener derecho algún día
a ese pedazo de tierra
donde volveré a ser la arcilla cansada
de aquel terrible soplo.

Como cualquier hombre
Conozco la banalidad inmensa
de mis sueños
Lo efímero de la tarde
La podredumbre del cuerpo
que me aprieta cálido a su volumen.

Lo sé, no me hago el tonto.


Pero inclusive con el conocimiento
de todas estas cosas
Me gusta plantar mis ojos
en los terrenos llanos de las nubes
Percibir la luz que se enreda
de las moradas montañas
haciéndose pasar entre la niebla
por pájaro o por lluvia

Me gusta perderme en esos campos azules
Quedarme absorto
Poner mis sencillas palabras por allí,
muy altas
Donde sé que el poema
jamás habrá de pudrirse.

Lo sé, los poetas también se mueren.
Aunque a veces no lo parezca.

Profundamente emotivo y tremendamente conmovedor, nacido -se siente- del corazòn, me encantò Just, un abrazo, Luna.-

Bello, con esa palabra tuya, Just, que llega suave y a la vez profunda...

Saludos.
Marina Centeno.

Just, querido compatriota, de verdad que los poemas no se pudren. La palabra, el sentimiento se quedan allí para siempre.
Dejaste en cada verso el alma latina que llevamos dentro.
Abrazos y mi cariño.

Una pérdida salvaje, amigo Just. Conocí a Lidia en Madrid en una reunión de poetas inolvidable, luego coincidimos en Zaragoza. Era un ser lleno de vida, transmitía vitalidad. Sí, fue una gran pérdida. Recuerdo que en la residencia de Estudiantes me pidió que le recitara un poema suyo dodecasílabo, al que yo le había hecho una crítica bastante extensa; el poema era muy bueno, se la merecía.
En fin, gracias por traernos en tu hermoso poema el recuerdo de una compañera que tendría que haber tenido la mejor de las suertes y, sin embargo, nos dejó muy temprano.
Ha sido un placer leerte. Felicidades.
Un cordial abrazo.

En tu nombre Javier, lo subo en tu nombre. Un abrazo que le rompa la espalda a la distancia. Gracias por venir.

Impresionante Just.

La prosa inicial ya conmueve, pero el poema me parece de una naturalidad tal que realmente lo vives,como si me lo estuvieras contando en un bar mientras nos tomamos unas cervezas.
Es todo creible, sincero pero además conserva el lirismo y la musicalidad propias de la poesía, de tu poesía.

Un verdadero y emotivo placer haber leído este poema

Un fuerte abrazo

Joan

El comentario de Tristany me parece muy acertado, Just. El poema transmite una serenidad que, unida a lo que dice y a cómo lo dice lo convierte en terriblemente evocador y emotivo, a pesar, en mi caso, de no haber conocido a Lidia.

Un abrazo.

La ternura de tus versos estremece con su cercanía. El sentimiento inscrito en ellos emociona hasta las lagrimas. Un verdadero privilegio.
Un abrazo.
Pepa

Ayer mismo te hice un comentario pero el sistema no lo pasó, en fin querido amigo decirte que acababa de recibir el último libro de Lidia, el tiempo alzado, lo pedí a ediciones torremozas por medio del internet, el anterior de casí me mata la vida me lo envío ella personalmente estando yo en España, haste de ellos te aseguro que son una autentica joya, son realmente muy buenos, inolvidables, como su autora. Gracias por dedicarle este gran poema, segura que desde donde esté, ella estará feliz, un fuerte abrazo poeta.

Cecilia

Este poema es de esos pocos que decido guardar en mi disco duro para releer con más calma, para degustarlo transcurrido cierto tiempo.

El poema transmite, y mucho, y nos acerca, desde la pérdida, a la esencia del ser humano y su levedad extrema. La poesía entonces es un intento de superar esa levedad, de elevarnos sobre esa podredumbre que, inevitable, a todos nos espera.


Todo un placer haber pasado por aquí. Poco importa que en este poema pueda mejorarse la puntuación o corregir las mayúsculas de inicio de algunos versos.

Luna, muchas gracias por venir. Lo subo en tu nombre.

Abrazoas.

Just. De un modo u otro, muchos de los estamos en este foro, conocimos a Lidia, a Soledad como también le dió por llamarse. La conocí ( por esta misma via) cuando estaba en Buenos Aires, tratando de vivir, con un medio fisico y anímico no acorde con sus ideales. De pronto, voló en alas del amor, cuando también por este medio inalámbrico conocíó a su marido que cariñosamente llamaba "el español". El crecimiento de Lidia fue espectacular como poeta, y no dudo que el sentimiento del amor, contribuyó a eso. Por eso, Just, muchos nos sentimos comprometidos por la poeta y su poesía y yo personalmente, a veces siento que algo murió en mi, con su partida, pronta e inexplicable. Quería decirte esto, amigo. Un abrazo.

Estoy de acuerdo con los compañeros, el poema transmite una emoción contenida y se nota que hay detrás un profundo sentir. Excelente, Just. Un abrazo.