Editorial Alaire

Bajo el signo del olvido,
regresa el cuáquero a su aldea,
hondas palabras que llegan en eco,
solitario pez de las comidas,
que mira la niña demacrada.



Signos que van y vienen,
la infancia ya nunca recuperada,
las muñecas que fueron tanto,
la jaula del canario que cantó
hasta su último día.



El olvido nos da un zarpazo
con su horizonte de clavos,
porque al final vivir es siempre
repetirse
aquellos primeros años.




Venzo al olvido y a la lluvia,
tengo los zapatos carcomidos por la espera,
no siento ni pienso sino que vivo
pendiente de aquellas huellas.

Isabelmarina escribió:Bajo el signo del olvido,
regresa el cuáquero a su aldea,
hondas palabras que llegan en eco,
solitario pez de las comidas,
que mira la niña demacrada.



Signos que van y vienen,
la infancia ya nunca recuperada,
las muñecas que fueron tanto,
la jaula del canario que cantó
hasta su último día.



El olvido nos da un zarpazo
con su horizonte de clavos,
porque al final vivir es siempre
repetirse
aquellos primeros años.




Venzo al olvido y a la lluvia,
tengo los zapatos carcomidos por la espera,
no siento ni pienso sino que vivo
pendiente de aquellas huellas.

Hola

Me gusto tu poema definiendo al olvido.

Destaco:

El olvido nos da un zarpazo
con su horizonte de clavos,
porque al final vivir es siempre
repetirse
aquellos primeros años.


Venzo al olvido y a la lluvia,
tengo los zapatos carcomidos por la espera,
no siento ni pienso sino que vivo
pendiente de aquellas huellas.

Un beso.

Felicidades por este poema en el que las palabras fluyen como una cadena de recuerdos. Un acierto.
Un abrazo.
Pepa

Venzo al olvido y a la lluvia,
tengo los zapatos carcomidos por la espera,
no siento ni pienso sino que vivo
pendiente de aquellas huellas.

Muy acertado todo tu poema,
una lucha con uno mismo
pero tiene sus méritos.
Me gustó Isabel.


abrazos.

lázaro

Hermosa evocación, Isabel.

Un beso grande
Ana

Me ha gustadoestepoema . y mucho.
Del primer al último verso me ha fascinado.

Un abrazo

Joan

Hola Isabelmarina.

Evocaciones de niñez y olvido, amiga mía, en un poema que me gustó leer. Un abrazo.

Mario.