Y EL HOMBRE PREGUNTA POR SÍ MISMO.
Publicado: Jue, 23 Sep 2010 6:41
Así desnudo, solitario, ya no tienes
pretextos ni razones o excusas que alimenten
tu sueño o el viejo amor hacia tu tierra toda.
El solitario duda, desde la duda escribe
y amargamente canta cuanto lloran sus ojos.
Ha olvidado los dioses tutelares, que amparaban ocasos,
encendían los oros del otoño y dejaban que el agua
de los cielos bajase.
Indiferente, adusto, insensible a su voz,
sólo otras voces busca, otros colores nuevos,
otro nombre distinto que lo mantenga vivo.
Como la puerta abre ese dintel de luz
que no percibe.
Como la puerta cierra el paso de los vientos
y esplendores de auroras intangibles.
Como la puerta oye los juegos con que el agua
va salvando a los niños.
También como la puerta, el solitario espera
unas manos de espuma que modelen su forma.
Y también como el suelo,
el solitario dice sus verdades en las aguas de otoño.
pretextos ni razones o excusas que alimenten
tu sueño o el viejo amor hacia tu tierra toda.
El solitario duda, desde la duda escribe
y amargamente canta cuanto lloran sus ojos.
Ha olvidado los dioses tutelares, que amparaban ocasos,
encendían los oros del otoño y dejaban que el agua
de los cielos bajase.
Indiferente, adusto, insensible a su voz,
sólo otras voces busca, otros colores nuevos,
otro nombre distinto que lo mantenga vivo.
Como la puerta abre ese dintel de luz
que no percibe.
Como la puerta cierra el paso de los vientos
y esplendores de auroras intangibles.
Como la puerta oye los juegos con que el agua
va salvando a los niños.
También como la puerta, el solitario espera
unas manos de espuma que modelen su forma.
Y también como el suelo,
el solitario dice sus verdades en las aguas de otoño.