Las rosas del encuentro
Publicado: Sab, 11 Sep 2010 16:45
Para mi primera nieta que nació el día 5
LEIRE:
Siento tus manos, madre, ese calor que arropa mi vientre
y las caricias que calman el llanto.
Para siempre, madre,
porque tus ojos no dejan mis noches
y tu pecho protege la sed de mi boca.
Te siento amor sobre el rostro, madre,
y mi piel en tu piel prolongación de la vida.
Padre,
desde antes de nacer me sostuvo tu fuerza,
la ternura que me ayudó a confiar,
a llegar sin temor como una estrella a vuestra vida.
No me detuvo el miedo,
sabía de tus brazos en la luz,
tu paso por delante de los míos
para hacerme sencillo el camino
y radiante el mirar.
PADRES:
Las rosas se despiertan en pétalos de jade
porque eres, Leire, albor de nuestros días,
la cancela que se abre a la montaña,
la brisa que caldea nuestra casa.
Llegas como canción repetida y única,
como armonía de un acorde eterno.
Eres la trayectoria nueva de las huellas,
las que llevan aromas dulces
y desvían el rumbo al infinito.
Eres tu libertad y la nuestra,
el eco que sepulta los sollozos,
la vibración que empuja nuestro viento,
el cristal que trasluce el universo.
ABUELOS:
Viniste de la sangre prolongada
en el aire del último vuelo,
como palabra a nuestro tiempo sin nombre;
por eso le entregamos las manos a tus pasos,
el corazón a tu alegría,
el abrazo a tu vida,
todo nuestro amor para ti.
Sé que es sencillo, pero quería que lo entendieran
LEIRE:
Siento tus manos, madre, ese calor que arropa mi vientre
y las caricias que calman el llanto.
Para siempre, madre,
porque tus ojos no dejan mis noches
y tu pecho protege la sed de mi boca.
Te siento amor sobre el rostro, madre,
y mi piel en tu piel prolongación de la vida.
Padre,
desde antes de nacer me sostuvo tu fuerza,
la ternura que me ayudó a confiar,
a llegar sin temor como una estrella a vuestra vida.
No me detuvo el miedo,
sabía de tus brazos en la luz,
tu paso por delante de los míos
para hacerme sencillo el camino
y radiante el mirar.
PADRES:
Las rosas se despiertan en pétalos de jade
porque eres, Leire, albor de nuestros días,
la cancela que se abre a la montaña,
la brisa que caldea nuestra casa.
Llegas como canción repetida y única,
como armonía de un acorde eterno.
Eres la trayectoria nueva de las huellas,
las que llevan aromas dulces
y desvían el rumbo al infinito.
Eres tu libertad y la nuestra,
el eco que sepulta los sollozos,
la vibración que empuja nuestro viento,
el cristal que trasluce el universo.
ABUELOS:
Viniste de la sangre prolongada
en el aire del último vuelo,
como palabra a nuestro tiempo sin nombre;
por eso le entregamos las manos a tus pasos,
el corazón a tu alegría,
el abrazo a tu vida,
todo nuestro amor para ti.
Sé que es sencillo, pero quería que lo entendieran