CRITICA PARANOICA AL POETA LISONGERO ELEGIACO
Publicado: Vie, 03 Sep 2010 0:41
CRITICA PARANOICA AL POETA LISONGERO ELEGIACO
Los vecinos de arriba discuten.
Ella: ¡Eres un borracho maltratador!
Él: (En fase terminal por metástasis) ¡Y tú una gorda histérica!
Puertas: Cerrándose estrepitosamente
tras un ligero bostezo.
Cristales: Diseccionando la respiración de la distancia
que hay entre dos puntos
abocados a perder la virginidad
cuando forniquen a oscuras con la muerte.
Perro: Ladrando como nunca antes lo había hecho.
Total, que no me puedo concentrar
y todas mis respuestas de siempre
son escasas esta noche frente al espejo.
Pero sé que tú eres
esputo centrifugado
en el tambor híbrido del lenguaje.
Equilibrista
con el cartel de poeta elegiaco
porque en el suelo arde
entre páginas secas
tu yo impreciso.
El último náufrago
disuelto en una botella
con toda la estrechez de la ignorancia,
sobre una escalera portátil,
entibada en la visera de tu pecho.
Tengo para ti un mensaje de ceniza
hendido en la yema de mis dedos:
La soledad es rígida,
y el fluido la frontera de la huida
mientras orinamos en la llaga;
el poema es una llaga
no un escaparate.
Hay un mundo ordinario
procurando recios acordes
mas allá de los hombros,
una luz herida,
extensa como las calles que conducen al silencio,
el rumor simultáneo del hambre
actuando entre sílabas,
y un poema encorvado
en la batuta del maestro.
Hoy no habrá lírica
derritiéndose en mis sueños…
Los vecinos de arriba discuten.
Ella: ¡Eres un borracho maltratador!
Él: (En fase terminal por metástasis) ¡Y tú una gorda histérica!
Puertas: Cerrándose estrepitosamente
tras un ligero bostezo.
Cristales: Diseccionando la respiración de la distancia
que hay entre dos puntos
abocados a perder la virginidad
cuando forniquen a oscuras con la muerte.
Perro: Ladrando como nunca antes lo había hecho.
Total, que no me puedo concentrar
y todas mis respuestas de siempre
son escasas esta noche frente al espejo.
Pero sé que tú eres
esputo centrifugado
en el tambor híbrido del lenguaje.
Equilibrista
con el cartel de poeta elegiaco
porque en el suelo arde
entre páginas secas
tu yo impreciso.
El último náufrago
disuelto en una botella
con toda la estrechez de la ignorancia,
sobre una escalera portátil,
entibada en la visera de tu pecho.
Tengo para ti un mensaje de ceniza
hendido en la yema de mis dedos:
La soledad es rígida,
y el fluido la frontera de la huida
mientras orinamos en la llaga;
el poema es una llaga
no un escaparate.
Hay un mundo ordinario
procurando recios acordes
mas allá de los hombros,
una luz herida,
extensa como las calles que conducen al silencio,
el rumor simultáneo del hambre
actuando entre sílabas,
y un poema encorvado
en la batuta del maestro.
Hoy no habrá lírica
derritiéndose en mis sueños…