Javier Bustamante escribió:Hola Gabriel,
Sinceramente, estas letras no me aportan demasiado, para ser franco. Lo que rescato de esto es la critica valiente de Sampedro y tu madura aceptacion del mismo. Creo que es a traves de las criticas juiciosas que el escritor aprende y se ayuda a que el proximo poema sea siempre mejor que el anterior.
Saludos poeta y espero leerte pronto con un poema que si se pueda leer.
Afectuosamente
Javier
Hola Javier
"...espero leerte pronto con un poema que si se pueda leer"
No lo entiendo, mi texto - no le llamemos poema- sí, se puede leer, quizá usted, no lo pueda entender. En el explico, que el poema no finja, y no mienta. Que donde escribe y asegura: te quiero, muchas de las veces sólo es hipocresía ¿Quien no le ha dicho a una mujer bella: te quiero ¿Ello es siempre es cierto?
A continuación el texto explica “Tu alma de ensueño” pero, el sujeto sólo trama apoderarse de su cuerpo, ¿Quien al espíritu de un bello cuerpo de mujer, no le ha dicho “Mi alma”
¿Quien no ha escrito respecto a la mujer: arráncame tus besos, la dulzura de tus labios inquietos, te devuelvo tus noches o más frases bellas, supongo; que tu agraciado aroma, contigo sueño, en tus pupilas me arrincono, no desmerecen
¿No se entiende por tus formas salivo? o te miro, te veo y se me hace agua la boca. Bueno la humedad llega hasta otras partes…tan inexplicable y confusa es la frase: antojo ser de tu zapato la horma.
El poema se refiere a la falsedad de muchos, a lo que hay detrás de los poetas románticos; saborear de la mujer sus besos, lo fogoso entre sus piernas. Las frases hechas: en tus pupilas me arrincono, las frases melosas del personaje indican que sólo el deseo lo mueve… y sueña en sus labios, pero de distinta forma; dentro del sexo oral.
Intenta únicamente, el personaje ser franco y descubrir lo hay detrás de la palabrería.
Por otra parte quien ha sido sujeto, de una buenísima mamada, de una bella mujer, sabe que es un placer abismal y voluptuoso.
Lo que finalmente argumenta mi texto. que, quien desea, lo disfraza con palabras románticas, para conseguir sus fines sexuales. El poeta le recita a su amada una serie de melcocha, porque la desea en la cama y miente. Y la más de las veces lo consigue. Don Juan es ejemplo de ello.
Parece que mi texto puso el lápiz en alguna herida. Los poetas le escriben, a los amores, que supongo han gozado; sandeces, colmadas de melaza. Mi texto intenta sólo demostrar las sexuales intenciones, que están detrás. Mi "poema" aporta ironia.
Donde narro: ¡Contigo sueño,
e ido contigo, me despierto!
Se lea, que sólo lo dicta el deseo;
No hay fingimiento, el personaje se desnuda:
porque estoy al tanto, del como quisiera,
en una total oscuridad licenciosa,
que se acumularan tus besos,
las gotas, de tu salivales labios,
en mi pene, al deslizarme el prepucio.
¡Gozar un placer abismal y voluptuoso!
Que el poema no tiene valor literario, ¡eso es harina de otro costal!
Hoy insté al poema
a que transfigure mis palabras.
Y donde dice: te quiero;
explique que finjo,
donde explica: tu alma
de ensueño.
Se denuncie el pretexto
y revele:
que me gusta tu cuerpo.
Donde expone: tu agraciado
aroma,
cuente: que antojo ser de tu zapato
la horma
y que por tus formas salivo.
En fin… donde menciono:
en tus pupilas me arrincono,
y mi encono son mis celos
Meramente reconozca,
que es mi deseo, por tu colpos
Donde narro: ¡Contigo sueño,
e ido contigo, me despierto!
Se sepa, que sólo lo dicta el deseo;
porque estoy al tanto, del como quisiera,
en una total oscuridad licenciosa,
que se acumularan tus besos,
las gotas, de tu salivales labios,
en mi pene, al deslizarme el prepucio.
¡Sufrir un placer abismal y voluptuoso!