Editorial Alaire

Finjo ya la razón desordenada,
la carne inmóvil,
la dulzura terrible de los muertos.
Ese andar de puntillas por los miércoles
con el sigilo de un cadáver,
previsible y sin huellas.

Pero en ese vagar hallo a veces un guiño,
una mínima luz que me sacude,
un resplandor de invierno,
algo que contamina la distancia:
otro torso que yace en la misma postura,
bajo el mismo ciprés,
en la misma región de la costumbre.

No hay nadie que sepa sintetizar como lo haces tú, en eso eres una artista y en versos que demuestran tu autenticidad. Me gustó el poema
Abrazos
Pilar

Hermoso Carmen, como dice Pilar, y como ya te lo he dicho yo, en la brevedad nadas como un pez en el agua, tus versos se hacen grandes, y tus poemas forman hondos charcos de dolor. Me encantó.

Destaco estos veros:

Ese andar de puntillas por los miércoles
con el sigilo de un cadáver,
previsible y sin huellas.

"carmen iglesia"]Yo finjo ya la tez desordenada,
la carne inmóvil,
la dulzura terrible de los muertos.
Ese andar de puntillas por los miércoles
con el sigilo de un cadáver,
previsible y sin huellas.
Pero en ese vagar hallo a veces un guiño,
'una mínima luz que me sacude,
un resplandor de invierno,
algo que contamina mi ceguera:
otro torso que yace en la misma postura,
bajo el mismo ciprés,
en la misma región de la costumbre.

Todo el mundo, toda la vida, es un vasto sistema de inconsecuencias que opera a través
de la conciencias individuales. Ese desorden de terrible dulzura de los muertos que acompaña al resplandor de invierno, mañana por la mañana ya no será este. ¿Serás mañana la misma creyente que hoy? Ni Dios eterno querrá saberlo.
En tu estilo peculiar, matas con la felicidad de tus versos lo que los demás solamente encontramos por atajos. Un grandísimo poema que formna parte del paisaje y por tanto de la belleza.

Un abrazo.

José Manuel F. Febles

Carmen, buenísimo. Un poema en estado de gracia y sin mácula. Si así son tus épocas de sequía, cuando lleguen las lluvias provocarás inundaciones en el foro.

Un abraz fuerte.

Estoy de acuerdo con Pilar, tu capacidad de sintesis está al alcance de muy pocos poetas. A mi este poema me ha llegado a los huesos y hasta diría al alma, porque encuentro en él las raices mismas del existir. Muy bueno, Carmen. Besos.

Pilar Morte escribió:No hay nadie que sepa sintetizar como lo haces tú, en eso eres una artista y en versos que demuestran tu autenticidad. Me gustó el poema
Abrazos
Pilar

Gracias, Pilar... Me horroriza perderme en la nada, jeje, aunque por culpa de esa obsesión me quede corta de recursos en más de una ocasión... Lo importante es escribir, ya está.

Beso, mañica,

carmen

Fermín Lasarte escribió:Hermoso Carmen, como dice Pilar, y como ya te lo he dicho yo, en la brevedad nadas como un pez en el agua, tus versos se hacen grandes, y tus poemas forman hondos charcos de dolor. Me encantó.

Destaco estos veros:

Ese andar de puntillas por los miércoles
con el sigilo de un cadáver,
previsible y sin huellas.

Cuánto más leo, más sé que lo escribo es una mierda, Fermín, pero digamos que me sirve de catarsis, lo cual no está nada mal, de hecho está muy bien...
Tú tienes mucho que decir y, además, lo dices de una manera personal que es lo que más importa, así que avanti...

Un beso,

Carmen

carmen iglesia escribió:Yo finjo ya la tez desordenada,
la carne inmóvil,
la dulzura terrible de los muertos.
Ese andar de puntillas por los miércoles
con el sigilo de un cadáver,
previsible y sin huellas.

Pero en ese vagar hallo a veces un guiño,
una mínima luz que me sacude,
un resplandor de invierno,
algo que contamina mi ceguera:
otro torso que yace en la misma postura,
bajo el mismo ciprés,
en la misma región de la costumbre.

Carmen, este poema me parece terriblemente perfecto!!!!!!!! Golpea y hace volver los ojos a la sombra aunque la luz no muere jamás.

Felicitacionessss y un besote,

Hallie

Hola Carmen. Feliz tarde. Siempre es una aventura recorrer tus versos.
Compactos y radiantes, de una exquisitez absoluta para mi gusto.
Enhorabuena!
Felicidades y un saludo caribeño.
angel

José Manuel F. Febles escribió:"carmen iglesia"]Yo finjo ya la tez desordenada,
la carne inmóvil,
la dulzura terrible de los muertos.
Ese andar de puntillas por los miércoles
con el sigilo de un cadáver,
previsible y sin huellas.
Pero en ese vagar hallo a veces un guiño,
'una mínima luz que me sacude,
un resplandor de invierno,
algo que contamina mi ceguera:
otro torso que yace en la misma postura,
bajo el mismo ciprés,
en la misma región de la costumbre.

Todo el mundo, toda la vida, es un vasto sistema de inconsecuencias que opera a través
de la conciencias individuales. Ese desorden de terrible dulzura de los muertos que acompaña al resplandor de invierno, mañana por la mañana ya no será este. ¿Serás mañana la misma creyente que hoy? Ni Dios eterno querrá saberlo.
En tu estilo peculiar, matas con la felicidad de tus versos lo que los demás solamente encontramos por atajos. Un grandísimo poema que formna parte del paisaje y por tanto de la belleza.

Un abrazo.

José Manuel F. Febles

Muy amable, José Manuel, por darle algo de sentido a este intento de contar un "descreimiento"...

Gracias por venir.

Un abrazo,

Carmen

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Me encantan esos contrastes tan sutilmente descritos. Lo dulce y lo agrio, el amor y el dolor, etc. SALVE POETA!

Besos - Iben



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Dejas a los muertos en su region de las costumbres y sal a la tierra de los vivos.
Que hacen los vivos, acostumbrarse, entonces no sonos vivos, son máquinas, automátasque no se diferencian demasiado de los muertos.
Deja de fingir que esrás muerta que siempre te acaban pillando.

Carmen,si a ti te gusta mucho este verso

algo que contamina mi ceguera:

lo leeré con predisposición para que me acabe gustando.

Un besote desde Barcelona hasta donde estés.

Joan

Carmen ... qué gusto leerte!
Un poema precioso, como es tu costumbre. Me fascina esa brevedad tan intensa.

Besos!

carmen iglesia,

Los atados a la sombra
a la vida
mutilados en infinitamente
repetidos momentos

brillante poema, querida amiga

un abrazo fuerte