Editorial Alaire

Pensaba que ibas a hablar de la sal (del cloruro sódico).
Si lo pones así, sin duda yo prefiero salir de casa, pero por otro lado seguir en el intento de ser poeta, aunque nunca lo consiga.
De todas maneras me gusta la ambugüedad que planteas en tu poema.
Un afectuoso abrazo
Joan

¿ Y te parece poco?

Claro que mejor salir y ser poeta. ambas cosas, que de lo contrario, al menos yo, todo el santo dia metida en casa seguro me da un yuyu.

Pues yo que pensaba que para ser poeta había que salir de casa...

No doy una.

Un abrazo

Joan,

hablo del miedo. Del miedo que tiene el poeta a salir de si mismo. Del miedo que tengo a vivir. Del miedo a encerrarme en mi mismo. A exprimirme, a vaciarme por completo y a transcribirlo en papel. Mi imaginación es fértil, pero llega un momento en el que al limón solo le quedan escasas gotas. Se necesita experimentar, salir de uno mismo y vivir.

No quiero ser "solo" poeta. No compensa.

Un abrazo, amigo Joan.

Concha,

no te imaginas como añoro ese viento que trae el mar y que te curte la cara con aromas de otros continentes.

Aunque para un melancólico como yo tal vez fuera mi muerte. ¿quien sabe?

un abrazo, niña.

Israel,

piensas bien, no te preocupes. Lo que pasa es que a veces la poesía se aferra demasiado a los adentros de uno y no te deja salir fuera.

un abrazo, compañero.

Lo leo como un epigrama, y me gusta la idea que planteas, tanto en la primera interpretación literal como en la más profunda que tú mismo explicas. La literal expresaría una ironía espléndida, una autocrítica hacia el género de los poetas, y la que nos ofreces después es una toma de postura contra la excesiva introspección que ocasiona la poesía en quien escribe.

Muy interesante, Pablo.

Un abrazo.

Juan,

¿y quien seria yo sino hiciese autocrítica? Nada.

Veo por tu comentario que estamos en sintonia, me alegro.

un abrazo, amigo.

Si sólo eres poeta en verdad eres poca cosa, tienes razón, un gusto leerte.

Migue,

el gusto es ser leído por ti, compañero.

un abrazo.

me apuntaré a todas las excursiones y festejos, salir es menos peligroso que la poesía que asfixiante te amarra y sufres para poder sacudírtela sin conseguirlo la mayoría de las veces

.

Totalmente de acuerdo, Pablo... Y si no nos ocurre nada nos va a resultar mucho más difícil escribir... La poesía es mucho pero no todo...

Placer leerte,

Carmen

A veces sucede... y uno sale, mira, escucha... al tiempo, casi sin darnos cuenta, nos vamos quedando sumergidos en ese aire poético dificilmente respirable.
Abstracción dirán algunos, yo creo que es el "submundo" poético que lucha por abrir su herida en nuestros ojos.

Sin duda, la poesía y el "mundo" se necesitan para sobrevivir.

Un placer.

Mi saludo.

Luis Oroz.

Hola Pablo.
Lamento no estar del todo de acuerdo, amigo mío, el poeta vive de la observación (al menos yo), interna, pero también de la externa, encerrado en una casa dudo que hubiese podido escribir cuanto he escrito, y tampoco soy alguien que esté todos los días de picos pardos de un lado para otro ¿eh?

Un abrazo, compañero.
Mario.