Editorial Alaire

Dos inviernos ya desde tu mirada
en el pueblo artificial. Dos inviernos
presidiendo secretos y victorias
desde tu promontorio de cristal.
San Google al fin, y buscar tu rostro
de pecas imantadas, tu pelo lacio y breve,
tus ojos de inocencia aún no consumida.
Esas pecas... ¿serán artificiales también?
Y tu nombre, ¿cómo será tu nombre?
¿te llamarás Daniela, o tal vez Karolina,
o Ingrid, o Gisele? ¿Tu apellido vendrá
–como el de esas modelos imposibles–
del sempiterno frío?
No sé por qué te recuerdo ahora, Karolina
–ya ves, necesito idearte un nombre–,
ni por qué escribo sobre tu mirada
acompañándome en la soledad del verano,
cuando las calles rugen con su peso de plomo.
Pero también ayer, con abrigo,
cuando era tiempo de apresuradas compras
para seguir en la rueda de nadie.
Tal vez te escriba
porque necesite creerme
lo que desde tu observatorio espurio,
edificado sobre un espacio simulado,
prometes,
lo que seguirás prometiendo siempre
desde el misterio de las estaciones
que sólo discurren tras los cristales;
tu absurdo triunfo, mi derrota,
lo que sabes que necesito,
lo que los dos sabemos que no existe.

Hola, Enrique, pareciera que usted haya recibido los mismos emails que he recibido yo o quizás otros similares. Ella se ofrece frágil y pálida y con un verbo en cirílico. Ella se oferta deseosa y tan bella que, aun increíble, simulara ser real y ahí se queda pese a mí, como una intocable pecaminosa, casi como una niña prohibida.

Su poema así me llega, como un anuncio de carnalidad juvenil y de incredulidad madura y suave, muy suave, tan intimista.

Gracias.

Un poema muy actual. Me gustó mucho leerte.

Besos.

Una situación nada desconocida que tú planteas muy bien.
me ha gustado y me ha atrapado por la manera en qu cas encadenando las ideas y por esa proximidad en tu manera de expresarte.

Un fuerte abrazo

Joan

Poema moderno y hermoso con un ritmo trepidante y envolvente.
Saludos.

enrique sanmol escribió: Dos inviernos ya desde tu mirada
en el pueblo artificial. Dos inviernos
presidiendo secretos y victorias
desde tu promontorio de cristal.
San Google al fin, y buscar tu rostro
de pecas imantadas, tu pelo lacio y breve,
tus ojos de inocencia aún no consumida.
Esas pecas... ¿serán artificiales también?
Y tu nombre, ¿cómo será tu nombre?
¿te llamarás Daniela, o tal vez Karolina,
o Ingrid, o Gisele? ¿Tu apellido vendrá
–como el de esas modelos imposibles–
del sempiterno frío?
No sé por qué te recuerdo ahora, Karolina
–ya ves, necesito idearte un nombre–,
ni por qué escribo sobre tu mirada
acompañándome en la soledad del verano,
cuando las calles rugen con su peso de plomo.
Pero también ayer, con abrigo,
cuando era tiempo de apresuradas compras
para seguir en la rueda de nadie.
Tal vez te escriba
porque necesite creerme
lo que desde tu observatorio espurio,
edificado sobre un espacio simulado,
prometes,
lo que seguirás prometiendo siempre
desde el misterio de las estaciones
que sólo discurren tras los cristales;
tu absurdo triunfo, mi derrota,
lo que sabes que necesito,
lo que los dos sabemos que no existe.

Actual, aunque ya vi que tiene algùn tiempo. Es raro que todos los poemas de alguien me movilicen, eso me pasa con los tuyos; ya te lo he dicho, pero a veces es bueno recordarlo.
Me pregunto, ahora, con la 'realidad virtual' tan discutida, si antes, no era lo mismo, sòlo que la virtualidad se daba por la idealizaciòn de esa otra persona. En fin, hoy me toca a mì esto de la 'filosofìa barata', un abrazo Enrique, Luna.-

Debe de ser, que el poema es actual porque google se ha chuleado en la prensa diciendo que aunque pudiese exisitir una base de datos de imágenes suya y disponible, de población civil, "eso nunca va a pasar"; pero ni en los aeropuertos se consigue con las fotos de un pasaporte falso contrastado con la foto de la persona instantanea. No hay tecnología disponible... "aún". Así que es futuro, presente y pasado, suspendido, como algo hermoso. Muchas gracias, enrique sanmol, por ser poeta. Opino como luna, y también como tú acerca del suelo plomizo en agosto.

Todo está lleno de escaparates autlet. Es la pura realidad
Abrazos

Gracias a usted, Sampedro, por dejarme sus impresiones sobre el poema. Ella es así (carnal y bella como intocable), pero ella no existe más que en un escaparate que el bajo presupuesto del lugar no da para renovar.

Un cordial saludo.

Las sensaciones que intento transmitir, Aubriel, son, como casi todas, perennes o, al menos, comunes a muchos seres humanos con independencia del lugar y la época. La forma puede ser más o menos actual… es la forma en la que escribí (allí y entonces con mayor o menor destreza) cuando plasmé esas sensaciones.

Gracias por la visita. Un cordial saludo.

Me alegra mucho, Tristany, que en este poema concreto llegara a conectar con tu sensibilidad.

Muchas gracias. Un cordial saludo.

Dices mucho en muy pocas palabras, Arancha, y todas ellas positivas… Muchas gracias por degustar de esa forma estas letras.

Saludos.

En este poema pretendí reflejar el choque entre esa irrealidad que se muestra en el escaparate (una fotografía enorme de una modelo) con la realidad de las sensaciones interiores que un espectador podría sentir desde el otro lado del cristal… posiblemente todo sea mentira, tanto como esa “filosofía barata” que en ocasiones no podemos evitar.

Muchas gracias y un fuerte abrazo, Luna.

La actualidad no creo que sea tanto por el Google (aunque coincido contigo que las posibilidades futuras dan miedo) como por la forma en la que se expresan las ideas. O al menos eso interpreto yo. Como ya dije en otro comentario, en realidad las sensaciones humanas son bastante más comunes que lo pudiera pensarse: casi todo fue sentido antes, casi nada es nuevo bajo el sol…

Muchas gracias a ti, Gober, por estar por aquí, con o sin ese plomo cubriendo el ambiente. Un abrazo.

Es la vida y hay que coger el nuevo tren. Un poema de actualidad y bien pensado. Un placer
Abrazos
Pilar

Lo he leido varias veces y cada vez me gusta más; hay fuerza y emotividad contagiosa en este outlet que cierra y abre mariposas y puertas.

Felicitaciones y aplausosssss, enrique!!

Hallie