Editorial Alaire

Hoy es sólo el temor bajo la lengua,
sólo el miedo y la sal
perforando la tarde más oscura.

Es lo que tiene el pánico
que su perfil agranda la memoria
hasta volvernos pozo o siesta,
hombre y mujer sin porvenir,
sin nada que esperar de este sueño de arcilla,
de esta pausa de horror que nos nubla los ojos.

Y ahora a hacernos de barro,
a envejecer con nombres y apellidos
mientras la tarde vuelve a ser de junio,
árida como el sur,
yerma como un país que se desangra.

Carmen,

desesperanza, vaticinios, soledad, miedo. La siesta a mi me agranda. No solo las ansias. Me adormece de una inquietud atrayente. Me calma. Me cura. Cuando no me hace aullar de placer.

Pero te entiendo.

"a envejecer con nombres y apellidos"

Mira, Carmen. Mi mayor deseo es verme viejo y arrugado, mientras mis pies lentamente hacen huellas en una playa mojada, a la par que veo a la luna hacer el amor con el mar, y de la mano de la compañera cómplice.

Soy así de tonto, pero aún me queda algo de esperanza. Sé que no me acordaré entonces de todas las veces que bajé al infierno. Ni falta que hace.

Un abrazo, compañera.

No andas con contemplaciones en este poema, Carmen. Son versos descarnados, que duelen, porque la vida solo nos deja una opción: envejecer agarrados a recuerdos como tablas de salvación contra el miedo. Siempre magnífica tu poesía. Besos grandes.
PD Me alegra ver que pese a las dificultades y la falta de tiempo no has dejado de escribir.

Debajo de esos ojos que ríen con chispitas de felicidada, debe haber un pozo muy profundo o no me explico que te pueden salir sentimientos tan duros y profundos. No obstante a mi me encanta esa forma de escribir que tienes y tú lo sabes. Aunque ahora me cueste, quería decírtelo. Un beso muy grande.

Me ha encantado, Carmen, especialmente la segunda estrofa. El poema transmite dolor, miedo y desesperanza. Una dureza que no obstante se expresa de forma serena, lo que en cierto modo intensifica esos sentimientos.

Me alegro de poder seguir leyéndote.

Un gran abrazo.

pablo_valladolid escribió:Carmen,

desesperanza, vaticinios, soledad, miedo. La siesta a mi me agranda. No solo las ansias. Me adormece de una inquietud atrayente. Me calma. Me cura. Cuando no me hace aullar de placer.

Pero te entiendo.

"a envejecer con nombres y apellidos"

Mira, Carmen. Mi mayor deseo es verme viejo y arrugado, mientras mis pies lentamente hacen huellas en una playa mojada, a la par que veo a la luna hacer el amor con el mar, y de la mano de la compañera cómplice.

Soy así de tonto, pero aún me queda algo de esperanza. Sé que no me acordaré entonces de todas las veces que bajé al infierno. Ni falta que hace.

Un abrazo, compañera.

Yo sin embargo he pensado muchas veces que envejecer no merece la pena... Supongo que no soy nada inteligente en ese sentido... y que tengo días tontos... jeje.

Gracias por venir, Pablo.

Abrazo grande,

Carmen

Me ha gustadomucho este poema Carmen, en el que hablas del miedo, conoces el miedo e incluso en la tercera estrofa te autoayudas a pasar esos miedos de la forma más llevadera.
parece que lo pongas fácil, pero luego lees y relles y ves que los miedos están muy arraigados, son muy laberínticos.
laexposición de imágens y sensaciones como siempre espectacular y elritmo impresionante.

Un besote querida amiga

Joan

Preciosas imágenes para un poema que he disfrutado mucho. Mi enhorabuena.

Y sin embargo, la arcilla y el barro se moldean...



mientras la tarde vuelve a ser de junio,
extensa como el sur,
tan alegre y terrible como un país sin lluvia.

es un fnal contradictorio, pero qué miedo no lo es, ay no sé, me volé


es un placer siempre leerte, Carmen


un abrazo


alondraS

Que maravilla Carmen.
Eso que alguién llamó un parpadeo, o un relámpago entre dos oscuridades.
Claro que asusta pero no queda otra que envejecer con nombre y apellidos.
Instinto de supervivencia, lo llaman.
Un placer como siempre , un saludo.

P.D. :
sólo una cosita, en el primer verso de la última estrofa, esas tres a seguidas me traban un poco la lectura ( ahora a hacernos...), ya ves, una menudencia para un poema excelente.

Yo no soy de siestas Carmen, no puedo dormir en el día. Bueno, la verdad es que yo casi no puedo dormir ja ja ja. Es que lastima ese breve momento en que nos hacemos otro, despertar siendo otro, más dolido, más cansado quizás. Pero la vida esta llena de siestas más oscuras.


Y ahora a hacernos de barro,
a envejecer con nombres y apellidos
mientras la tarde vuelve a ser de junio
...

Me encanta lo que dices, como lo dices. Y también lo que no dices.

Abrazos

Ramón Carballal escribió:No andas con contemplaciones en este poema, Carmen. Son versos descarnados, que duelen, porque la vida solo nos deja una opción: envejecer agarrados a recuerdos como tablas de salvación contra el miedo. Siempre magnífica tu poesía. Besos grandes.
PD Me alegra ver que pese a las dificultades y la falta de tiempo no has dejado de escribir.

Me cuesta la vida escribir ahora pero alguien me dijo una cosa muy sabia hace poco y se me quedó grabada: si dejas de escribir una temporada larga cuando lo retomas no lo haces en el punto en que lo dejaste sino muchísssimooo más atrás, así que emborrono la pantalla con cosas que la mayoría de las veces no me llevan a ningun sitio...porque lo cierto es que me da pánico parar de escribir...

Gracias, Ramón. Saberse acompañada es muyyy importante.

Besote,

Carmen

Pues no pares.

Además hay mucha arcilla aún por modelar en este tórrido verano, Carmen.

Seguro que la lluvia traerá de nuevo primaveras con nombre y apellidos, tal vez un DNI con código genético del miedo que un día perforó siestas oscuras.


No dejes nunca de escribir, Carmen. Tal vez porque me encanta leerte.

Un abrazo
Manuel

Hola Carmen.
Es un poema desesperanzado, amiga mía, pero hermoso.
A mí, más que pozo, me gustaría hacerme siesta, pero por suerte o desgracia, soy más veces lo primero que lo segundo. Un placer leerte, siempre. Abrazos.
Mario.

MarRevuelta escribió:Debajo de esos ojos que ríen con chispitas de felicidada, debe haber un pozo muy profundo o no me explico que te pueden salir sentimientos tan duros y profundos. No obstante a mi me encanta esa forma de escribir que tienes y tú lo sabes. Aunque ahora me cueste, quería decírtelo. Un beso muy grande.

Bueno, Mar, no paso muy buena racha y lo peor es que ni siquiera sé si es con motivos o sin ellos... pero me ha dado mucha alegría re-encontrarme contigo en esta lectura... Espero que estés muy bien, ojos bonitos.

Un besote,

Carmen