LOS CABALLOS DE LUXOR
Publicado: Lun, 12 Jul 2010 15:50
LOS CABALLOS DE LUXOR
Yo estuve en Luxor (pero ahora
no puedo recordarlo). Y recorrí
los patios de columnas de sus templos milenarios (aunque olvidé
los nombres de los patios); viaje de norte a sur
surcando la corriente de su Nilo, fértil y sagrado (inundado
por siempre en mi memoria); compartí en la Medina la sonrisa
amable de los niños (y el viento ardiente del simún
se lleva de mi mente este recuerdo).
Yo estuve en Luxor (pero apenas puedo
ahora describirlo). Y me sedujo
el ojo de la cobra y el misterio
que envuelve al faraón (pero todo son leyendas
de mitos enterrados); bailé al compás del arpa,
la flauta y el tambor (pero es el triste
sonido de los címbalos lo que vibra y suena
ahora en mis oídos); olí el perfume suave
que exhala el tamarindo (pero un hedor profundo
me embriaga los sentidos); degusté el dátil dulce
y el fruto del olivo (y es la hiel la que rezuma
amarga como un grito);
anduve por sus calles en calesa
al trote de un caballo… y sin embargo esto es
lo único que no he olvidado.
Yo estuve en Luxor; pero recuerdo solamente
los ojos de un caballo
…y la medida de su hambre
adaptada al beneficio
y lo cruel de su relincho
mendigando una caricia
y el contorno de su lomo
raquítico y ulcerado
y el cansancio de su grupa
sometida al sacrificio
y el sonido de la fusta
golpeando carne viva
y lo indigno de su vida
al servicio del turismo
y el olor de los establos,
más que infames, inhumanos.
Id a Luxor. Recorred sin escrúpulos los vestigios
que alumbran su pasado
…pero si tenéis conciencia
no subáis a las calesas
si os palpita el corazón
no miréis a los caballos
si pretendéis recordar
la grandeza de las cosas
apartad de la memoria
la miseria de las yeguas.
Yo estuve en Luxor; pero recuerdo solamente
los ojos de un caballo y el trazo de estos versos
que escribí en su calesa.
¿Qué fue de aquel jinete Nubio
ejemplo y paradigma de la historia, que compartía suerte
y honor con su montura? El ocaso y decadencia
de un pueblo y su cultura comienza donde acaba
la humana compasión del hombre.
--oOo--
Yo estuve en Luxor (pero ahora
no puedo recordarlo). Y recorrí
los patios de columnas de sus templos milenarios (aunque olvidé
los nombres de los patios); viaje de norte a sur
surcando la corriente de su Nilo, fértil y sagrado (inundado
por siempre en mi memoria); compartí en la Medina la sonrisa
amable de los niños (y el viento ardiente del simún
se lleva de mi mente este recuerdo).
Yo estuve en Luxor (pero apenas puedo
ahora describirlo). Y me sedujo
el ojo de la cobra y el misterio
que envuelve al faraón (pero todo son leyendas
de mitos enterrados); bailé al compás del arpa,
la flauta y el tambor (pero es el triste
sonido de los címbalos lo que vibra y suena
ahora en mis oídos); olí el perfume suave
que exhala el tamarindo (pero un hedor profundo
me embriaga los sentidos); degusté el dátil dulce
y el fruto del olivo (y es la hiel la que rezuma
amarga como un grito);
anduve por sus calles en calesa
al trote de un caballo… y sin embargo esto es
lo único que no he olvidado.
Yo estuve en Luxor; pero recuerdo solamente
los ojos de un caballo
…y la medida de su hambre
adaptada al beneficio
y lo cruel de su relincho
mendigando una caricia
y el contorno de su lomo
raquítico y ulcerado
y el cansancio de su grupa
sometida al sacrificio
y el sonido de la fusta
golpeando carne viva
y lo indigno de su vida
al servicio del turismo
y el olor de los establos,
más que infames, inhumanos.
Id a Luxor. Recorred sin escrúpulos los vestigios
que alumbran su pasado
…pero si tenéis conciencia
no subáis a las calesas
si os palpita el corazón
no miréis a los caballos
si pretendéis recordar
la grandeza de las cosas
apartad de la memoria
la miseria de las yeguas.
Yo estuve en Luxor; pero recuerdo solamente
los ojos de un caballo y el trazo de estos versos
que escribí en su calesa.
¿Qué fue de aquel jinete Nubio
ejemplo y paradigma de la historia, que compartía suerte
y honor con su montura? El ocaso y decadencia
de un pueblo y su cultura comienza donde acaba
la humana compasión del hombre.
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