Editorial Alaire

Cierra esa puerta, corazón,
que se nos escapa el gato de nuestras vergüenzas,
el longevo manantial de nuestro pudores
y nos llega en plena oscuridad
el lance de contarnos un cuento invisible
y onírico.

Abre esa puerta, corazón,
que se ventile el olor de la mudanza
que se airee el corazón
y se renueve la esperanza.

Cierra esa puerta, corazón,
que quiero inventar nueva pose
a mi conciencia,
que se nos ve la felicidad y es triste
el regodeo inoportuno e
inconsciente.

Abre la puerta, corazón,
que entre la nube cargada de rocío,
que entre el arco iris con su capa arqueada,
que entre el olor de la campiña, regada
por este humedal de risas.

Quita esa puerta, niña,
que ya no me importa que todos sepan
como y con quien hago del amor
acto de fe cada mañana.

(25/7/2000)

Hermoso juego de vaivenes. Expresas bien la lucha entre cierto voyeurismo, que todos tenemos, con la delicadeza del momento que es íntimo. Escribir, y sobre todo poesía, no deja de ser esta lucha que tan bien describes en tus versos.

Un saludo compañero.

sana rmilo b.

Armilo,

¿quien no es voyeur y exhibicionista en este mundo?

Precisamente lo que quiero decir con el poema es la aceptación de dichos elementos como algo normal, sin pudores ni quebrantos. ¿acaso el poeta no hace eso mismo continuamente?

un abrazo, compañero.

Hola Pablo.
Hacer el amor con las puertas abiertas al mundo es una bella manera de desnudarse en todos los sentidos.
Me gustó el poema, contenido y ritmo.
Abrazos.
Mario.

Me ha gustado el poema, ese abrirse sin tapujos a la vida. Un placer
Abrazos
Pilar

Pabalo el tema es estupendo y la forma como lo planteas
es simplemente una bella forma de manisfestar tus ideas sobre el tema.
Un cordial y afectuoso saluda poeta.
Angel

Interesante propuesta Pablo.
Parece que es la puerta el personaje principal de este poema en el que tantos factores implican y explican la necesidad de estar abierta o cerrada.
Me ha gustado leerte y reconocer lo prolífico que eres,

un fuerte abrazo

Joan

Mario,

me alegra que te gustase.

abrazos también para ti, Mario.

Pilar,

"abrirse sin tapujos a la vida", más o menos es lo que hacemos todos los poetas, no?

un placer siempre tu visita, corazón.

un abrazo.

Angel,

eres demasiado generoso conmigo.

un abrazo generoso para ti, compañero.

Joan,

al final el poeta quita puertas y ventanas y se expresa a corazón abierto.

No creas que soy tan profilico como parece, ya me gustaria a mí, pero los duendes se olvidan de mí a menudo. Son unos cabrones, normalmente solo vienen cuando estoy bajo de defensas.

En fín compañero, un abrazo fuerte.