Editorial Alaire

La ciudad se define como un útero
que contiene el placer y la orfandad
de todos sus aliados.

Trasiego de motores
que va habitando el universo
en las horas activas de la noche
o en el enjambre abierto
de mediodías híbridos de caos.

Las calles van grabando las angustias
en sus líneas de mundos intangibles.

En las plazas rezuma la alegría
de saberse ciudadano de la Tierra.

Las aceras seducen con su luz
al habitante errático y sin techo.

Los bares
en sus espacios guardan la sombra de la gente.

Las horas se entrecruzan,
como sinapsis de neuronas,
despiertas en su niebla transitoria.

La ciudad es hechizo
del otro lado del espejo,
cada persona marca con su sello
los edificios de la urbe.

Una nostalgia en el silencio
nos lleva por umbrales de utopías
y sueños adheridos al asombro.



Ana Muela Sopeña

Me gusta, Ana, me gusta muchísimo. Me gusta desde el título, que me parece muy sugestivo, hasta la última palabra.

Besos.

Ana: creo que este poema es una metafora entre la ciudad y la naturaleza de la misma con sus cuestiones y sus mitos.
javier

Ana,

"el placer y la orfandad". Me parece justa, equilibrada y precisa la analogia. Teniendo en cuanta que con el término "ciudad" podriamos abarcar a todo el planeta, la analogia sigue teniendo todo su sentido. Tal vez seria resumirlo mucho, pero creo que el hombre en su génesis es eso, consumidor de placeres y huerfano en esencia.

un placer, Ana, trastear por tu verbo.

un abrazo.

El tema de la ciudad, como bien sabes, es de mi gusto y con él me he entretenido en algún momento. Alabo la definición que haces en tus versos y los mundos en los que nos vas sumergiendo dándole vida con nuestras vidas.
Salud.

Aubriel, me alegra mucho que el poema te haya gustado.

Un beso, poeta
Ana

Gracias, Javier, por brindarme tu opinión.

Un beso grande
Ana

Hola Ana.
Aunque yo sea más bien de pueblo no puedo dejar de reconocer que tus versos plasman la esencia de la ciudad de forma precisa, amiga mía.
Otro conseguido poema éste que nos dejas. Un abrazo.
Mario.

Gracias, Pablo, por venir...

Un beso
Ana

Una nostalgia en el silencio
nos lleva por umbrales de utopías
y sueños adheridos al asombro.

La urbanidad nos atrapa y arrincona sentimientos. Tu mirada poética se expande entre las calles y hace de lo cotidiano, poesía. Esa manera tuya, Querida Ana, de plasmar un sentimiento donde uno menos se lo espera. ¿Qué de poético puede resultar un edificio? Aquí, demuestras que las ventanas, los muros de cimiento, pueden atropellarse entre sí, y a la vez, ser un paisaje poético.

Me encantó. Felicitaciones.

Saludos Amiga.

Besito.

Julio, gracias por tu lectura. Ya sabes que somos bastante cómplices en la mirada de la ciudad como organismo viviente.

Un abrazo grande, amigo
Ana

Mario, es un placer verte entre mis versos.

Un abrazo grande
Ana

Gracias, Marina, por tu reconocimiento.

Un besito
Ana

Una visión muy acertada la que haces de la ciudad. Se siente su descripción
Abrazos
PIlar

Ya el primer verso es capaz de alojar en su vientre toda la humanidad que sólo tú puedes plasmar con tu verbo en las aceras.

Eres poesía hasta en espacios habitados por sin techo, meiga.

Magi-astral.

Un beso
Manuel