Editorial Alaire

Pablo, me gusta, pero me gusta mucho, mucho, ¡ ya ves! esta vez no tengo nada en contra.

Ni yo. (tengo nada en contra)


Estás, estás, estás,
estás soñando:
-no digas que no-,
presentí un madrigal de ausencias.
¡Estás!
y eso es todo lo que necesito
saber.


... y es que es absurdo contrariar a la belleza cuando llega con un pájaro de leyenda entre las manos y algo de pasíón innovadora en la frontera...


Un abrazo, Pablo.
Manuel

Concha,

te doy permiso pues para que te lo tatues... jejejejejeje

Me sonrojas, corazón, y soy feliz con que te haya gustado, aunque solo fuese un poquito.

otro abrazo para el recuerdo.

Manuel,

innovación... gracias. Que dificil es y que grato y satisfactorio.

un gran abrazo, compañero.

Hola Pablo.
Un poema en el que la constante es el rítmo, plenamente conseguido a mi forma de ver.
Me gustó. Abrazos.
Mario.

Mario,

gracias por estar. El ritmo nos hace sentirnos vivos, ¿no?. Definitivamente si no hay ritmo no ha vida. (aparte de lo odvio, claro)

Otro abrazo para tí, compañero.

Pablo un fuerte abrazo me gusto tu obra, a veces acepto criticas en el caso de daniela miño, pero son apreciaciones .
saludos
javier

Javier,

gracias por tu presencia en mi poema.

Un poema impactante en su sencillez, Pablo.

Me ha gustado mucho

Un abrazo, compañero
Ana

Ana,

me halagas con lo de la sencillez, en serio. Muchas gracias, para mí es muy importante que un poema no se embarque en grandilocuencias que la mayoria de las veces solo conducen al endiosamiento del escritor o al embarullamiento de poema o el tema.

un gran abrazo, compañera.

Pablo, es un bello poema, exacto en sus palabras, lo noto delicado y muy cuidado. En cuanto al contenido, me llegó y agradó en gran forma esa certeza en lo que no se ve, esa seguridad en el silencio, y la presencia absoluta de alguien que no está, pero está.
Un placer leerte. Saludos.

Fermín,

muchisimas gracias por tus palabras. El poema es, en esencia, esa incertidumbre que tenemos todos ante las cosas y ante las personas, sobre todo ante las personas que queremos o apreciamos y que por momentos no nos fijamos que siguen estando ahí. Tantas veces nos flagelamos ante nuestra soledad menospreciando a quienes nos quieren y están ahí siempre, incluso en la lejania.

Va por ellos.

Un abrazo, Fermín.