La Editorial Alaire, auspiciada por la Academia de Poesía Alaire, pone gratuitamente a disposición de sus foristas registrados, varios foros de poesía, prosa literaria, debates…, para que puedan publicar sus obras e interactuar entre ellos, así como, la tienda de libros donde se muestran las publicaciones, tanto en papel como en formato digital, estos mediante descarga gratuita. La razón de ser de nuestros foros se centra en promocionar la poesía, mediante las obras de los autores que participan en la plataforma de la Academia de Poesía Alaire. La promoción de la poesía, a nivel del mundo de habla hispana, conlleva una enorme responsabilidad, por ello, pedimos la máxima implicación de todos los miembros de Alaire. Vale recordar al gran maestro Dumas: uno para todos y todos para uno. Muchas gracias por todo, queridos compañeros.
Fue en un hombro, tu primer tatuaje,
el dibujo, un pequeño corazón
Me acuerdo que dijiste:
Te quise grabar en mi piel.
Asentí, con una caricia, y un guiño.
No lo niego; me aduló el detalle,
de estar mi memoria, por siempre en ti,
a flor de piel.
Recuerdo que durante nuestro amor,
me excito el grabado y mordí tus labios
y mordi tu hombro, entre roces, locuras,
humedades y besos.
¡Que distante ese tiempo;
de tu bello cuerpo,
y de tu clara piel, de tu rostro
de tus ojos negros como el carbón,
de lo azabache de tu pelo!
Me sorprendiste esa noche de Luna,
al mirar en tu espalda
desnuda, aquel árbol del pecado.
Lo reconozco, grandioso,
de bellos matices.
Un dibujo precioso
recuerdo tu bella voz
que ingenua pregunto:
¿Te gusta mi tattoo,
lo hizo un artista de la polinesia?
Y entramos de lleno al juego;
de mirarte y ser mirado,
a nuestro deseo de saber.
Saber ser y saber ver.
Mi perplejidad y enfado
termino saciado,
entre las sabanas y mi lujuria.
Lo juraste por mi: ni un tatuaje nuevo,
ni así... ni así de pequeñito.
Pero tu ansia de rebeldía y transgresión,
de inclusión y pertenencia
derrumbo mi mundo...
no el tuyo , que se transformo
en erotismo atávico y dolor.
Siguió aquel gato con alas,
nuestras iniciales, el pato
canadiense que amaste en tu niñez
y así perdí la cuenta.
Grabaste en tu dermis un mundo externo,
interiorizado en tu piel, proyectado
al afuera. Hoy, no te reconozco,
En mi desesperanza, ni sé, quien soy.
Te perdí, en tu placer , de grabar tu piel,
de la cabeza a los pies
Me olvidaste y me convertí en fetiche
inserto en tu piel,
al que agregaste piercings en orejas,
ombligo y nariz
Entre figuras te fui perdiendo...
Miro hoy tu foto… de adicta a la tinta
y fenómeno de circo.
Última edición por Gabriel Vidal el Sab, 09 Ago 2014 7:49, editado 1 vez en total.
Vaya, qué poema, qué poemazo amigo. Me ha dado tremendo gusto leerlo; muy interesante historia, ritmo crudo, final inesperado. Nada, poeta, me ha encantado. Volveré. Abrazos
Lourdes Spin escribió:Vaya, qué poema, qué poemazo amigo. Me ha dado tremendo gusto leerlo; muy interesante historia, ritmo crudo, final inesperado. Nada, poeta, me ha encantado. Volveré. Abrazos
Juan Fionello escribió:Gabriel, tus poemas con historia siempre los leo con interés y placer, y esta historia en particular me ha encantado. El cierre espléndido.