El polvo al polvo

[Mario Martínez]

Y yo te lo agradezco de verás, José Manuel. Un abrazo.
Mario.

[Mario Martínez]

Hola J. J.

Gracias, amigo mío, por tu felicitación.

Un abrazo y recuerdos a toda la "panda"

Andáis ya por Noruega?

Acabamos de regresar, amigo mío y ha sido una experiencia realmente inolvidable.

Y eso, y el no tener ordenador (había mala conexión por los fiordos), ha sido lo que me ha proporcionado hoy la inesperada alegría de ver este poema con el galardón, algo que agradezco sinceramente a todos los compañeros.

Un fuerte abrazo.
Mario.

[Mario Martínez]

Gracias Aubriel, muchísimas gracias, por esa opinión tan amable que tienes de mis poemas.
Un fuerte abrazo, amiga mía.
Mario.

[Mario Martínez]

Gracias, Emerio, por tu halagador comentario. Me alegra que te gustara.
Abrazos, amigo mío.
Mario.

[Rosa María Lorenzo]

Me encantó este poema. Expresas muchísimo en él. Sobre todo me gusta esta parte:
Deseando que nada nos inquiete, que el tiempo,
peregrino perenne que al silencio retorna,
lleve de vuelta al polvo estos pies extenuados
que privados de sueños, sobre el polvo caminan.
Hermoso broche. Saludos.

[Mario Martínez]

Gracias, Carmen, amiga mía, me alegra mucho que te haya gustado el poema. Un fuerte abrazo.
Mario.

[Andrés Caparrós]

Merecido galardón para un soneto extraordinario. Saludos cordiales.

[Mario Martínez]

Gracias Ana V., por esa segunda lectura, me legra saber que te gustó. Abrazos.
Mario.

[Mario Martínez]

Gracias José Manuel.
A mí también me encanta tu forma de versar, amigo mío, y te aseguro que disfruto y aprendo con ella, por su sencillez y por esa visión siempre fascinante que tienes de cada instante que reflejas.
Un abrazo.
Mario.

[Mario Martínez]

Gracias Tristany, me alegra saber que te gustó, amigo mío. Abrazos.
Mario.

[Mario Martínez]

Gracias, Rosa María, me alegra saber que te gustó el poema, amiga mía, un fuerte abrazo.
Mario.

[Mario Martínez]

Gracias, Andrés, aunque no sea un soneto. Abrazos.
Mario.

[Fermín Lasarte]

Caminos que nos llevan de vuelta a ningún sitio,
con las manos vacías y el alma hecha jirones,
creyendo equivocados que no hay final, que todo
es un punto y seguido sin solución ni límites.

Detenerse es inútil porque la senda tiene
autonomía propia que a bandazos arrastra
sin responder preguntas, sin conceder deseos,
preocupada tan sólo de amarrar voluntades.

En las lindes florecen ilusionados logros
que tomamos pensando panacea de vida
conociendo lo vacuo de su olor, porque somos
frustración abonada donde todo fenece.

Caminamos pendientes de cada errante paso
excluyendo sin verlas las continuas señales
que jalonan visibles los recodos sombríos
como cruz donde alguien escribió nuestro nombre.

Deseando que nada nos inquiete, que el tiempo,
peregrino perenne que al silencio retorna,
lleve de vuelta al polvo estos pies abatidos
que privados de sueños, sobre el polvo caminan.




Mario

Es excelente este poema Mario, merecido reconocimiento ha recibido. Has sabido brindar tu óptica de algo tan sabido como del polvo al polvo, con originalidad y justeza has descrito el sinrazón humano, la fragilidad de nuestra existencia, lo inútiles, vanos y nimios que somos. Brillante Mario, seguramente de lo mejor que te he leído. Te dejo un gran abrazo.

[Mario Martínez]

Gracias, Fermín, me alegra mucho saber que te gustó el poema, amigo mío. Un abrazo.
Mario.

[Administración Alaire]

Para el libro.