Allá
Publicado: Jue, 13 May 2010 23:45
Debiera haber entendido…
pero, cuando una lágrima se funde en un mar de lágrimas,
en el océano de los sueños no cumplidos,
un barco, navega a la deriva cargado de frustración,
desencanto,
y la brisa, ondea la bandera del desamor.
Allá donde los mares quiebran el horizonte,
y las naves se enrolan en el ejército de los caídos,
allá donde se ahoga el sol,
y la luna flota tras la huída,
allá donde la bienvenida da la espalda
y los besos hieren y enferman,
allá tan lejos e inaccesible.
Hace demasiado tiempo,
para recordar,
acaso es tan fresco el dolor,
que el helor congela y oscurece las nubes,
mientras éstas esconden aquello, ya disuelto,
que la marea arrastra hacia islas desiertas.
No existen palabras que encerrar
en una botella de auxilio.
Como pirata que surca mares,
que no encuentra tesoros,
y no posee más que una astillada pata de palo
y un viejo loro,
oteo el horizonte, sin un sextante,
un corazón enamorado,
y la lluvia del alma en pelea constante
con la tristeza.
Pero…, nada importa,
cuando el entendimiento y la razón
llevan caminos opuestos,
debiera haber entendido…
Un barco,
el horizonte,
la tenue luz de la luna flotante
y un pañuelo seco a la deriva.
pero, cuando una lágrima se funde en un mar de lágrimas,
en el océano de los sueños no cumplidos,
un barco, navega a la deriva cargado de frustración,
desencanto,
y la brisa, ondea la bandera del desamor.
Allá donde los mares quiebran el horizonte,
y las naves se enrolan en el ejército de los caídos,
allá donde se ahoga el sol,
y la luna flota tras la huída,
allá donde la bienvenida da la espalda
y los besos hieren y enferman,
allá tan lejos e inaccesible.
Hace demasiado tiempo,
para recordar,
acaso es tan fresco el dolor,
que el helor congela y oscurece las nubes,
mientras éstas esconden aquello, ya disuelto,
que la marea arrastra hacia islas desiertas.
No existen palabras que encerrar
en una botella de auxilio.
Como pirata que surca mares,
que no encuentra tesoros,
y no posee más que una astillada pata de palo
y un viejo loro,
oteo el horizonte, sin un sextante,
un corazón enamorado,
y la lluvia del alma en pelea constante
con la tristeza.
Pero…, nada importa,
cuando el entendimiento y la razón
llevan caminos opuestos,
debiera haber entendido…
Un barco,
el horizonte,
la tenue luz de la luna flotante
y un pañuelo seco a la deriva.