que dormitan mi cintura,
dónde amago el rouge-marino con que maquillo los labios,
el alga
- un tono subido -
que perfila su brocal,
el punto de cocción exacto
- hilo espuma -
con que batir a las olas
y ser mano,
dedo que perfila continentes,
transeúnte sin premura hurgando cartografías,
valles ignotos donde acostumbrar la sed...
... Te quiero.
Yo, aprendiz siempre de amante,
en tu abrazo.
( Creo que España, mejor dicho, unos cuantos señores vestidos con calzón corto y peleándose por una pelota, acaba de ganar un partido, al parecer vital. Bien, mientras sirva para distraer problemas al menos por una hora y mientras también, yo pienso en el extraño milagro de mi amor contigo después de 36 años ¡qué jóvenes éramos ! ¡ qué jóvenes somos si sólo es doce de Mayo en Alicante... !!)