Recado Octavo
Publicado: Mar, 11 May 2010 9:30
Recado Octavo.Tócame la piedra de la garganta y extrae de ella el grito que contiene mi firmeza. Si parezco alga disecada, como el principio de los sueños, me tendrás tendida en las leyes del cemento, con medio ojo goteando lunas, y medio rostro aceitado las tuercas familiares. Me tajo el vientre y deseo el hijo parchado de soledades, rendido ante los padres, con los ojos blancos y su piel ácida de testigo.
Soy Azul y vuelvo con SIDA y diarrea a tocarte el cuello con los fierros. Meneando la hora con el ramo de los insolentes: muy cabrones y aún cayendo en ese sol blanco desflorado en los trópicos.
Sol del Mapocho, Sol del Elqui, maduro Sol carnívoro, en que nos emplatamos las bolsas nocheras con media luna en el cuerpo de armiño aún no transado.
Los desplazamientos pueden ser brutos inventos de esta agua turbia, vetas donde encolerizo la siembra del ayuno. Por eso: Esa materia blanca. Esa materia nasal. Esa materia pentacéfala. Sólo queda este paso grave, gravísimo: Oír la materia con que están construido los sueños, y decaer en el nombre que me tocó: retroceder la alergia que descuarticé, en mi primera calle.
Paulo San Páris.
Soy Azul y vuelvo con SIDA y diarrea a tocarte el cuello con los fierros. Meneando la hora con el ramo de los insolentes: muy cabrones y aún cayendo en ese sol blanco desflorado en los trópicos.
Sol del Mapocho, Sol del Elqui, maduro Sol carnívoro, en que nos emplatamos las bolsas nocheras con media luna en el cuerpo de armiño aún no transado.
Los desplazamientos pueden ser brutos inventos de esta agua turbia, vetas donde encolerizo la siembra del ayuno. Por eso: Esa materia blanca. Esa materia nasal. Esa materia pentacéfala. Sólo queda este paso grave, gravísimo: Oír la materia con que están construido los sueños, y decaer en el nombre que me tocó: retroceder la alergia que descuarticé, en mi primera calle.
Paulo San Páris.