Editorial Alaire

¿ Por qué de aquella tarde guardaste la palabra ?

Y yo,
cleptómana del verbo,
bendije las palmeras que,
con la raya en medio,
peinaron sus melenas
- tan lacias -
hasta el suelo
y así,
en su epicentro
tejieron una cueva.

Pusimos una mesa,
azúcar y limones,
dos tés de ir a pelo
- sin marca ni estructura -
y allí,
tan sin edades, se puso en pie la brisa.

Y fue cuento la tarde y la palabra,
fingiendo adentros.

Te supo la mirada;
monólogo y acentos calaste la censura.

Supiste ser adverbio,
soldado raso,
escucha.






( A veces, los silencios son un arma para descargar las almas. Fuera quedaron los escándalos de las gaviotas que criticaban, mientras hacían calceta, la venida y el encuentro )

Pusimos una mesa, azúcar y limones
dos tés de ir a pelo
- sin marca ni estructura -
y allí, tan sin edades, se puso en pie la brisa.


Desde luego, cuando imprimes musicalidad a un poema lo haces maravillosamente. Me ha encantado y lo he disfrutado.

Un saludo.

Describes tan bien al amor, que para ti no tiene tiempos.
Un abrazo y un beso,
Juan Cruz.

Es un encuentro tan descriptivo...
Desprende tanta magia...

Me recuerda una situación en la que alguien se comía el limón a dentalladas, mientras todo el universo era salado, el mar fluía cuerpo adentro, y todo era resumen de la sed...

Disculpa esta irrupción de mi desbordante fantasía en tu precioso poema, Concha.

Me ha encantado largamente...

Un beso
Manuel

Concha Verónica Vidal escribió:¿ Por qué de aquella tarde guardaste la palabra ?

Y yo, cleptómana del verbo,
bendije las palmeras que, con la raya en medio,
dejaron sus melenas
- tan lacias -
hasta el suelo
y así, en su epicentro
tejieron una cueva.

Pusimos una mesa, azúcar y limones
dos tés de ir a pelo
- sin marca ni estructura -
y allí, tan sin edades, se puso en pie la brisa.

Y fue cuento la tarde y la palabra,
fingiendo adentros.

Te supo la mirada,
monólogo y acentos calaste la censura.

Supiste ser adverbio,
soldado raso,
escucha.






( A veces, los silencios son un arma para descargar las almas. Fuera quedaron los escándalos de las gaviotas que criticaban, mientras hacían calceta, la venida y el encuentro )

Nunca habrá un tiempo que valga para un poema tan claro y limpio como este...
Lo demás es lujo, poeta!
Un abrazo

angel

Concha,

callaremos.

Callaremos tu cleptomanía como cómplices ladrones, como enfermos del hurto de la palabra al viento.

Callaremos porque únicamente del robo de la palabra a los adentros podemos respirar afuera.

Es así, Concha, tal cual lo describes. Al amparo de un té o un café desgranamos después lo hurtado como quien tiene un tesoro que deseamos enseñar al mundo lo antes posible. Nos lo colocamos, como es preceptivo, al lado del corazón, y nos identificamos como poetas de pro. ¿que más da de donde provenga o que forma tenga la palabra robada?, ya es nuestra y por ende, de todos.

Luego la damos forma a nuestro antojo, la compartimos con gente que nunca hemos visto, que nos leen y oyen con frugalidad o no, y nos la roban para poder ellos vivir también.

Seguiremos robando, al menos yo, Concha, a quien ponga a la venta el verbo.

Es ley (no escrita): la palabra solo pertenece al viento, que la transporta.

Por lo demás, una cálida y hermosa tarde tuviste, Concha. ¿madrileña?

un beso, o los que quieras.

Juan Fionello escribió:Pusimos una mesa, azúcar y limones
dos tés de ir a pelo
- sin marca ni estructura -
y allí, tan sin edades, se puso en pie la brisa.


Desde luego, cuando imprimes musicalidad a un poema lo haces maravillosamente. Me ha encantado y lo he disfrutado.

Un saludo.

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Pues gracias Juan, la verdad es que la magia del momento es la que imprimio la musicalidad, no fui yo, fueron las palmeras , los racimos de datiles como lámparas colgantes y especialmente el encuentro.

Saludos mediterráneos.

Juan Cruz Bordoy escribió:Describes tan bien al amor, que para ti no tiene tiempos.
Un abrazo y un beso,
Juan Cruz.

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En este caso, el amor entre amigos, es otro tipo de amor al que te refieres, supongo, pero no menos importante.

Mis saludos mediterráneos y gracias .

Siguen gustándome tus versos, es una bocanada de aire fresco lo que me llevo
Abrazos
Pilar

Manuel

Manuel M. Barcia escribió:Es un encuentro tan descriptivo...
Desprende tanta magia...

Me recuerda una situación en la que alguien se comía el limón a dentalladas, mientras todo el universo era salado, el mar fluía cuerpo adentro, y todo era resumen de la sed...

Disculpa esta irrupción de mi desbordante fantasía en tu precioso poema, Concha.

Me ha encantado largamente...

Un beso
Manuel

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Intentarlo helo, mi querido amigo, pero la magia es la magia y quedóse prendida en el instante...

En cuanto a lo del limón a dentelladas ¡ parbleu! (que diria mi admirado Poirot) qué falta de clase, se toma el limón tibiamente y sabiamente rociado con azúcar, por lo de la "dentera", doy fe que es algo maravilloso el sabor.
Quedas autorizado para irrumpir.

Mis saludos Manuel., mediterráneos por supuesto.

Angel Valles escribió:

Concha Verónica Vidal escribió:¿ Por qué de aquella tarde guardaste la palabra ?

Y yo, cleptómana del verbo,
bendije las palmeras que, con la raya en medio,
dejaron sus melenas
- tan lacias -
hasta el suelo
y así, en su epicentro
tejieron una cueva.

Pusimos una mesa, azúcar y limones
dos tés de ir a pelo
- sin marca ni estructura -
y allí, tan sin edades, se puso en pie la brisa.

Y fue cuento la tarde y la palabra,
fingiendo adentros.

Te supo la mirada,
monólogo y acentos calaste la censura.

Supiste ser adverbio,
soldado raso,
escucha.






( A veces, los silencios son un arma para descargar las almas. Fuera quedaron los escándalos de las gaviotas que criticaban, mientras hacían calceta, la venida y el encuentro )

Nunca habrá un tiempo que valga para un poema tan claro y limpio como este...
Lo demás es lujo, poeta!
Un abrazo

angel

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Te aseguro, Angel que valio la pena el tiempo y la pureza del instante.
Mis saludos mediterráneos siempre.

Hola Concha.
Perfecta musicalidad para un hermoso y tierno poema, amiga mía. Un aplacer leerte. Abrazos.
Mario.

Vuelvo a emocionarme la ternura de este encuentro.

Es un poema realmente maravilloso, Concha. Al menos, así es como yo lo siento.

Un beso
Manuel

¡Buenísimo! Las imágenes son tan claras ... cobran vida.
Me gustó el título (acertadísimo, por cierto), el poema no se queda atrás.

Besos y mis felicitaciones.

pablo_valladolid escribió:Concha,

callaremos.

Callaremos tu cleptomanía como cómplices ladrones, como enfermos del hurto de la palabra al viento.

Callaremos porque únicamente del robo de la palabra a los adentros podemos respirar afuera.

Es así, Concha, tal cual lo describes. Al amparo de un té o un café desgranamos después lo hurtado como quien tiene un tesoro que deseamos enseñar al mundo lo antes posible. Nos lo colocamos, como es preceptivo, al lado del corazón, y nos identificamos como poetas de pro. ¿que más da de donde provenga o que forma tenga la palabra robada?, ya es nuestra y por ende, de todos.

Luego la damos forma a nuestro antojo, la compartimos con gente que nunca hemos visto, que nos leen y oyen con frugalidad o no, y nos la roban para poder ellos vivir también.

Seguiremos robando, al menos yo, Concha, a quien ponga a la venta el verbo.

Es ley (no escrita): la palabra solo pertenece al viento, que la transporta.

Por lo demás, una cálida y hermosa tarde tuviste, Concha. ¿madrileña?

un beso, o los que quieras.

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No Pablo, que no todo lo importante ha de suceder en los madriles, los "de provincias" y "en las provincias" también tenemos derecho a acasos preciosos, como tomarse un té mientras una palmera se peina o la mirada cómplice roba, palabras al infeliz de la mesa de al lado .
Sólo palabras ¿eh? es lo que se roba, y sueltas, nada de "ya hechas en forma de poema" que eso se llama plagio.
Y sí, la tarde fue, corta en tiempo, fue intensa en sabores.
Un saludo largo y marino.