Editorial Alaire

Este poema ha sido modificado

Haces un poema de algo tan cotidiano como tomar una tostada. Un placer pasar por tu imaginación
Abrazos
Pilar

Muy Bueno Jose Manuel, qué manera de hacernos pensar, un poema de tremenda carga filosófica y sin embargo con una sencillez y cotidianidad sorprendentes.

Yo voto porque el cuchillo cae a peso atraído por la fuerza de la gravedad.(Es una propuesta idiota pero bueno, es la primera).

Un abrazo

Y quedaría una cuestión, querido amigo. Una vez untada la tostada, si esta se cae hacia que lado caerá y ¿no será cosa de la suerte que se incline a caer hacia uno u otro lado?.

La suerte tiene mucho que ver en todas las circustancias de la vida, hasta para decidir si nos comemos la tostada con mantequilla manchada o sin manchar.

Como siempre me gustó mucho esa manera particular tuya de contar las cosas. un abrazo.
Mario.

Me han encantado José Manuel, eres capaz de inspirarte en las cosas más sencillas, elevarlas y construir una explicación del mundo.
Sin embargo, estoy pensando que mañana me desayunaré un croissant (y con las manos).

Un fuerte abrazo.

Interesantísima alegoría, José Manuel. Buena carga filosófica. Es un placer degustar tus poemas siempre plenos de luz.

Felicitaciones.

Un beso enorme!

en literatura no existen temas menores, este poema lo confirma..
javier

Mientras estamos jóvenes pensamos llevar nosotros el mango del cuchillo, pero el tiempo nos va enseñando a ser humildes.

Un abrazo enorme

Maricruz

Para reflexionar...
José Manuel gracias por compartir tus letras
Saludos
angel

Excelente querido amigo, cada poema tuyo... Me lleva a la reflexión.
Un abrazo inmenso

Me gusta esta alegoría, José Manuel. Tiene el sello de tu sensibilidad. Coincido con Lila, cada poema tuyo lleva a la reflexión.

Besos.

José,

gustome. Pero sigamos dandole un poco al coco. Yo, que a veces soy excesivamente realista llevome tu poema a preguntarme...

¿y todo para que?

quiero decir. El fin del cuchillo es cortar. El de la mantequilla ser untada. El de la tostada ser jalada.

Me pregunto yo que quien se come la tostada untada?

Tal vez el mismo que maneja el cuchillo? y de ser asi........

El placer donde está?, en el corte y pringue? en comerse la tostada?

Y si queremos ir aún más allá. El que corta, pringa y come tostadas untadas en mantequilla, ¿comerá también otras cosas? y de ser así, ¿que cosas?

Amigo, todo esto es naturalmente broma ¿o no?

fué un placer dejarme enredar por tus versos.

un abrazo.

Je!, bueno si viene el cuchillo de tu mano, José Manuel, me gustarîa ser una tostada -bien tostada- con mantequilla. Excelente tu poema. Un abrazo


Spin