Norberto de las Heras Pel escribió:Estimado Rafael:
Ojeando poemas anteriores, leo este bello poema en el que el autor exhibe un excelso desideratum existencial del que probablemente huye. Bien construido y bien compuesto, con un buen apoyo anafórico, tres estrofas con un claro contenido donde el dolor, el amor, la soledad, la posesión y un cierto malditismo del yo, quedan meridianamente expuestos. En definitiva, una bella recreación de una crisis existencial, rematada con los dos últimos versos.
Pero quería, si me lo permites, exponerte mi opinión sobre la recursiva utilizada.
Llama la atención el formato del verso -en versículos, como se ha comentado- a través de los cuales el autor busca impactar al lector. Esto presupone la oralidad del poema, extraño, por otra parte, en este medio en el que prima el intimismo de la lectura y en el que la pausa versal tiene una importancia menor. El versículo, al modo de Whitman o de León Felipe, que lo introdujo en España, como sabes bien, "aboga por un verso que no tenga limitaciones silábicas ni siga una normativa acentual...la poesía española no se adapta bien al verso largo... acentual" (León Felipe). Lo mismo puede leerse en Neruda y otros. Por tanto, el versículo tiene que buscar su apoyatura en otras herramientas retóricas no acentuales, clásicamente el paralelismo, la anáfora, etc.
Como se puede comprobar en tu poema, éste podría leerse así:
“Tendrás que defender la razón del mendigo
que se niega a nutrirse de pan desorientado,
la trágica manía de los seres hambrientos
que deciden morir la soledad
en el severo régimen de una mente sin patria.
Tendrás que defender unidades que sufren
en la desproporción de las miradas.
Refugios de Platón, afanes de rey Midas.
Tendrás que defender,
por encima de todo, la rebelión del alma.
Tendrás que defender las cosas del cariño,
aunque sea de noche y finja ya apagado
el candil del amar sin condiciones.
Tendrás que defender el sol aventurero,
si pretenden cegarnos la alborada.
Y me tendrás que defender de mí,
en la decrepitud de los instintos
que vuelven golpeados en la cara.”
Es decir, compuesto de alejandrinos -con perfectos isostíquios- y endecasílabos bien acentuados, ambos versos fuertemente ritmosilábicos y que corromperían el concepto actual y moderno de versículo, puesto que la oralidad, incluso la lectura íntima del poema, forzosamente conduce a una armonía acentual. Y si el ritmo es silábico o acentual, ¿por qué no redactar el poema como he anotado arriba? O dicho de otro modo: ¿Qué aporta el formato que propones en tu poema?
Por otro lado, en la introducción de la rima estrófica terminal que el poema exhibe, considerando el poema en versículos, no se consigue un referente eufónico, puesto que la distancia de una asonancia a otra es tan alejada que más bien se percibe como puro artificio. La expresión anafórica “tendrás que defender”, que imprime, de inicio, el ritmo del heptasílabo al poema, origina, en su desarrollo, una composición “abierta”, al incluirla en la cuarta estrofa, por más que los dos últimos versos zanjen de algún modo la enumeración que se propone en el cuerpo del poema, cosa que no deja de ser poco común.
Me quedo pensando si las referencias culturalistas realmente son necesarias para un refuerzo semántico o sólo se “añaden” por una buscada estética de autor.
Esta es mi sincera opinión y la expreso en base a tu deseo de intercambiar opiniones sobre nuestras propuestas.
Un saludo afectuoso.
Norberto.
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Este es de los primeros trabajos que escribí en Alaire. Abrimos el foro en noviembre del 2007 y colgué el poema al mes siguiente. Después de tres años pululando por diferentes foros, aprendiendo de los compañeros con los que compartí relaciones, y estudiando a fondo cuanto se relacionaba con el mundo del poema, decidí dar un paso al frente. Este poema representa mucho en la evolución rítmica y estética de la escuela de Alaire, todo con independencia de la calidad real de la obra que, dicho sea de paso, es de las primeras que logre más o menos potables, después de tres años de insalubridades. No te extrañe pues, al margen de otras cosas, que el poema presente signos del aprendiz que era (y que seré hasta los restos, claro).
Había conocido autores de cierto peso, desde luego que sí, pero, a mi juicio, nadie tenía una idea clara de la forma de actualizar el poema. Yo veía irregularidades por todos lados, anacronismos, facturas de monometría absolutamente contradictoria; hablaba con uno y con otro, aun poetas consagrados que no publicaban en el foro, pero nadie había siquiera reflexionado sobre ciertos asuntos que yo creía básicos. Pensé que lo mejor era crear un espacio abanderado por un grupo de autores procurando que fuesen los mejores que hubiera conocido en mis estancias por los diferentes foros. Creamos el foro Alaire y el Grupo Alaire compuesto, efectivamente, con los mejores autores que he conocido hasta la fecha (me faltó una autora que no pude convencer nunca, aunque, de cara al futuro, aún no pierdo la esperanza).
Gracias al foro y en especial al grupo Alaire, pude confrontar mis trabajos con los colegas, así, las conversaciones que mantuve a diario con Sara Castelar, Blanca Sandino, Luis Oroz, J. J. M. Ferreiro y Jerónimo Muñoz, y la interrelación virtual que mantenía -y mantengo- constantemente con la mayoría de foristas de Alaire, me permitieron debatir, muchas veces acaloradamente, sobre los asuntos que más tarde plasmaría en mis poemas. Por fortuna, cundió el ejemplo; Luis, que era muy reacio a alargar los versos, ahora escribe verso largo. Ferreiro, Sara y Jerónimo, también Blanca, en sus últimos poemas, todos lo escriben con mucha fluidez. Te hablo de estos y algunos ya no están, pero en Alaire ahora son casi todos los que escriben verso largo.
El camino aún no ha terminado, hay mucho por hacer. No se trata de proscribir el verso clásico, la cuestión es escribir sin contradicciones. Hay que saber lo que se escribe, un autor no puede mostrarse dubitativo con su obra, los conceptos tienen que estar muy claros, independientemente de todas las innovaciones habidas y por haber.
En este punto debo decir: CUIDADO CON LAS ETIQUETAS. A alguien se le ocurre llamar verso libre a las combinaciones multimétricas, y ya tenemos el pastel, se extiende la creencia de que en el verso libre vale todo, pues, qué significa literalmente verso libre sino la libertad del autor para componer lo que le venga en gana. Pues no, no se trata de verso libre, sino de combinación libre, pero de versos, la libre combinación de versos y no de cualquier otro invento.
Otra etiqueta que es bastante perniciosa es “verso blanco&verso sin rima”, claro, si no hay rima, no puede haber versos rimados, así que se debe escribir un poema teniendo muy en cuenta que ningún verso rime. El disparate al poder. Si no rimamos es para tener más libertad de acción, así que no podemos cercenar esa libertad en aras de no dejar ninguna rima.
Volviendo al poema, significó un gran cambio, porque, imagínate lo difícil que es para un autor romper sus propios versos, eludir la ortodoxia después de haberla creado, acostumbrarse a ver y leer diferentes los versos que siempre había leído, con ese ritmo, con esa estética. Ardua labor, no ya conmigo mismo, sino que convencer a los compañeros de que rompieran sus preciadísimos versos, endecasílabos, heptasílabos, etc., se antojaba una auténtica quimera.
Por suerte, escribí varios poemas felices, o por lo menos gustaron en el foro, que me permitieron obtener cierta credibilidad. A medida de que convencía a los compañeros, me convencía a mí mismo.
El primer paso estaba dado, habíamos renunciado a la estética del verso clásico, es decir, después de haber vencido la plástica del verso monométrico, asentados en la polimetría básica, nos adentrábamos en un campo estético desconocido: el verso multimétrico, o sea, lo que llaman el verso libre.
No se me ocurrió otra cosa mejor, para dar el paso desde la combinación polimétrica clásica hasta la combinación multimétrica, que empezar por romper los versos que escribíamos, así nos iríamos acostumbrando a no ver ni leer de la manera en que lo habíamos hecho hasta la fecha.
Hoy día, despues de seis años de escribir poemas y estudiar su mundo, formo parte de un grupo de autores que se encaminan a marchas forzadas, cada uno con su estilo, en pos del verso multimétrico, dentro de un desarrollo simbólico y con un ritmo y una combinatoria sin contradicciones, entre los que sobresalen J. J. M. Ferreiro, en el multimétrico acentual, y Ramón Carballal, en el multimétrico retórico, ellos son dos auténticos maestros a la altura de los mejores autores contemporáneos y espero que pronto les sea reconocido.
En fin, ya ves lo importante que considero este poema, no por su calidad –mis poemas nunca me parecen para tirar cohetes- sino por lo que significa: hay una evolución de la visión estética clásica en nosotros, y se encamina al verso ideal del autor, por su significado estético, rítmico, semántico.
Por otra parte, como puedes comprobar, el encabalgamiento de los versos busca romper una lanza por la pausa versal, son los primeros escarceos para demostrar que el encabalgamiento no tiene por qué ser un rompimiento de la pausa versal. Por otro lado, la disposición de los versos evita la pausa intermedia, lo que le confiere más agilidad al ritmo, o por lo menos lo cambia, aspecto que me permitió estudiar los efectos de la pausa por cambio de sentido que se origina en el lugar de la pausa intermedia.
Es verso multimétrico acentual básico, que evolucionará hacia el verso multimétrico retórico acentual, es decir, una combinación de versos en la estrofa y entre los propios versos que se basa en una mezcla de ritmo acentual y ritmo retórico.
Decirte que lees muy bien el fondo de mis poemas, no sé, es como si me conocieras, jajaja.
Ha sido un placer, colega.
Un cordial abrazo.