Publicado: Vie, 21 Mar 2014 20:28
Muchas gracias por tu felicitación, Rosa. Un abrazo.Rosa Marzal escribió:Es un poema profundo y magnífico, amigo Ramón. Mi más sincera enhorabuena por esa merecidísima estrella. Un fuerte abrazo.
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Muchas gracias por tu felicitación, Rosa. Un abrazo.Rosa Marzal escribió:Es un poema profundo y magnífico, amigo Ramón. Mi más sincera enhorabuena por esa merecidísima estrella. Un fuerte abrazo.
Muchas gracias, Pepa. Un fuerte abrazo.Josefa A. Sánchez escribió:Enhorabuena por el merecido reconocimiento a tus letras.
Un abrazo.
Pepa
Gracias, por tus generosas palabras, Bruno. Un abrazo.Bruno Laja escribió:Qué maravilla, Ramón. No es una mirada, es una pupila transparente. Su transparencia hace de todo una constelación intrínseca. Enhorabuena. Abrazos.
Muchas gracias por tu felicitación, Isabel. Un fuerte abrazo.Isabel Moncayo escribió:Enhorabuena, Ramón, merecido rojo, es un poema magistral. Un abrazo.Ramón Carballal escribió:Otra claridad,
menos metálica,
más amiga.
En las vallas la faz es un latido,
flores amarillas y olor a piélago,
mujeres cuya negritud enseña un ayer
conmovido, una razón oscura.
Este cuerpo reconoce la magia de la luz,
los paisajes como piel de un territorio recobrado,
la memoria dulce de las algas.
Ahora se trata de recobrar la huella,
tal vez de construir el signo
que adelante el futuro
o la cruz imaginaria que no pese
o la sombra que sea sombra
de un camino azul.
Y vuelve la madre
igual que una salmodia vespertina
que acaricia las manos rotas de la amistad,
y pide un oasis, una latitud, una quimera.
Y es allí, en el hemisferio de paredes afelpadas
que sudan el devenir de los códigos,
en la mirada que dice sí y dice no,
en el saludo que la mudez corona
como liturgia de hermandad
donde el paso estéril del futuro
engarza sus hilos y teje
los símbolos del sexo,
el gen dorado y aún desconocido
de la historia frágil.
Nada hay más creíble que tus piernas esquivas
que giran bajo la falda del ensueño
ni existe otra verdad que no sea la locura
de este gira-mundo, nervioso y dúctil
como la noche.
Hablo del principio de un viaje astral,
en él sigue este aliento
que sufre la bondad del delirio,
que no acaba
ni comienza
en ti.
Muchas gracias por tu felicitación, Jerónimo. Un fuerte abrazo.Jerónimo Muñoz escribió:Estimado Ramón:
Ya te di mi parecer, aguas arriba. Ahora tomo el teclado de nuevo porque no quiero que te bajes de ese sitial sin darte mi más cordial enhorabuena.
Abrazos.
Jerónimo
Muchas gracias, Concha, por leerme y comentar. Un abrazo.Concha Vidal escribió:"...
Nada hay más creíble que tus piernas esquivas
que giran bajo la falda del ensueño
ni existe otra verdad que no sea la locura
de este gira-mundo, nervioso y dúctil
como la noche. ..."
¿Habráse visto un erotismo más suave, más dúcltil, más tierno?
Precioso, Ramón, perfecto... pero en tí no me extraña.
Abrazos mediterráneos.
Muchas gracias, Just, por la generosidad de tus palabras y por darle un nuevo impulso a este poema. Un fuerte abrazo.Just Gafar escribió:Es que hay que volver a subirlo Ramón. Es que hay tanto tanto, que este es uno de esos poemas que se quedan, que en verdad se quedan. Es un poema de altísimo logro Ramón.
Va mi abrazo fuerte de nuevo, hasta la orilla de tu nombre.
Un poema fabuloso, lleno de exquisitas y gozosas imágenes. Mi enhorabuena.Ramón Carballal escribió:Otra claridad,
menos metálica,
más amiga.
En las vallas la faz es un latido,
flores amarillas y olor a piélago,
mujeres cuya negritud enseña un ayer
conmovido, una razón oscura.
Este cuerpo reconoce la magia de la luz,
los paisajes como piel de un territorio recobrado,
la memoria dulce de las algas.
Ahora se trata de recobrar la huella,
tal vez de construir el signo
que adelante el futuro
o la cruz imaginaria que no pese
o la sombra que sea sombra
de un camino azul.
Y vuelve la madre
igual que una salmodia vespertina
que acaricia las manos rotas de la amistad,
y pide un oasis, una latitud, una quimera.
Y es allí, en el hemisferio de paredes afelpadas
que sudan el devenir de los códigos,
en la mirada que dice sí y dice no,
en el saludo que la mudez corona
como liturgia de hermandad
donde el paso estéril del futuro
engarza sus hilos y teje
los símbolos del sexo,
el gen dorado y aún desconocido
de la historia frágil.
Nada hay más creíble que tus piernas esquivas
que giran bajo la falda del ensueño
ni existe otra verdad que no sea la locura
de este gira-mundo, nervioso y dúctil
como la noche.
Hablo del principio de un viaje astral,
en él sigue este aliento
que sufre la bondad del delirio,
que no acaba
ni comienza
en ti.
Muchas gracias, Ramón. Un abrazo.Ramón Castro Méndez escribió:Un poema fabuloso, lleno de exquisitas y gozosas imágenes. Mi enhorabuena.Ramón Carballal escribió:Otra claridad,
menos metálica,
más amiga.
En las vallas la faz es un latido,
flores amarillas y olor a piélago,
mujeres cuya negritud enseña un ayer
conmovido, una razón oscura.
Este cuerpo reconoce la magia de la luz,
los paisajes como piel de un territorio recobrado,
la memoria dulce de las algas.
Ahora se trata de recobrar la huella,
tal vez de construir el signo
que adelante el futuro
o la cruz imaginaria que no pese
o la sombra que sea sombra
de un camino azul.
Y vuelve la madre
igual que una salmodia vespertina
que acaricia las manos rotas de la amistad,
y pide un oasis, una latitud, una quimera.
Y es allí, en el hemisferio de paredes afelpadas
que sudan el devenir de los códigos,
en la mirada que dice sí y dice no,
en el saludo que la mudez corona
como liturgia de hermandad
donde el paso estéril del futuro
engarza sus hilos y teje
los símbolos del sexo,
el gen dorado y aún desconocido
de la historia frágil.
Nada hay más creíble que tus piernas esquivas
que giran bajo la falda del ensueño
ni existe otra verdad que no sea la locura
de este gira-mundo, nervioso y dúctil
como la noche.
Hablo del principio de un viaje astral,
en él sigue este aliento
que sufre la bondad del delirio,
que no acaba
ni comienza
en ti.
Un cordial saludo.