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Carmen López escribió: ↑Mié, 02 Jul 2014 23:36 Precioso, la estrofa final es un regalo de belleza...me he emocionado, amigo. Un placer pasarme, me ha encantado.
Un abrazo.
Carmen
Gracias, Julio.Julio Gonzalez Alonso escribió: ↑Lun, 03 Feb 2014 20:59 Sí, el amor siempre tendrá cabida en cualquier parte y cualquier situación del mundo; porque ronda el corazón desnudo del hombre y la pasión desvestida de los sentidos. Me ha gustado el marco en el que incorporas este poema amoroso con las referencias externas y las interiores volcadas en el recuerdo y la nostalgia de lo que fue y que se resiste a dejar de ser definitivamente.
Salud.
Felicidades Enrique por este galardón como poema de la semana. Bellisimo! Es también una celebración de tu magnífica trayectoria poética. Un afectuoso abrazo!F. Enrique escribió: ↑Lun, 03 Feb 2014 20:48You will tell me you love me
Tonight at noon
(Adrian Henri)
Tú me dirás que me amas
esta noche al mediodía.
Ahora, detenidos en ese murmullo del mar de nuestra vida
que nos trae los años lejanos que no vuelven a la playa,
sin poder descifrar la noche que tuvimos
la primera vez que nos colmamos de besos;
sin pausa, sin cadena.
Ahora que se nos fue aquel bandolero insolente
que el niño de la Cuesta imitaba
con gritos y un caballo imaginario,
sin aquel edificio sin futuro que nos ocultaba a los ojos de los otros,
cuando se abría tu falda y mis dedos retaban
los botones de tu blusa,
sin aquella farola donde leíste
la declaración de amor que se me pierde
en la espesura de mi pensamiento;
sin aquel brillo extraño que descubrí en tus ojos
y aún tiembla en cada estrella.
Ahora que la tarde se cierra con los barcos
que pasan por los sueños en busca de otros mares,
que los contrabandistas cenan con políticos, banqueros;
mientras hay abogados que limpian expedientes
y algunos comerciantes que extienden sus alfombras;
mientras Dios cambia su rostro un poco más cada noche.
Ahora que la avenida ya no nos reconoce y el alma se estremece
buscando la juventud que se nos fue con un billete de ida
sin fecha y sin retorno.
Ahora que ansío decirte nuevamente que te amo
como aquellos que soñaban esta noche al mediodía,
decirte que te quiero otra vez en las aceras de tu calle
como si la palabra, la nube y el deseo
no se hubieran marchado con los vientos del sur
sin decirnos adiós, sin hacer la maleta,
como si el corazón de aquella adolescente con tu nombre en el pecho
volviera a visitarme y se quedara
y yo no estuviera en el alambre persiguiendo la luna que quisiste,
como un gato que llora trastornado,
sin red,
sin confianza.