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Muchas gracias, Marius, por tu felicitación. Un abrazo.Marius Gabureanu escribió:Felicitaciones por tan merecido reconocimiento. Me ha encantado volver a tu magnifico poema. Abrazos y feliz fin de semana.
Gracias por tus palabras, Carlos Justino. Un abrazo.Carlos Justino Caballero escribió: ↑Vie, 07 Jun 2013 11:06 Ramón Carballal, Un poema profundo en su desolación, que impacta. Mis congratulaciones, poeta! Tu poesía siempre se distingue.
Gracias por tu comentario que me ha parecido interesante Un abrazo, Francisco.F. Enrique escribió: ↑Mar, 12 Nov 2024 11:27
Te felicito, Ramón, por haber rescatado este magnífico poema que dormía dentro del baúl del foro, nos hace pensar y sentir mucho, elogiar la profundidad que habita en la memoria de tu poeta. Cada verso es una reivindicación partiendo del dolor, tantas veces acusado por lo aparentemente impostado, que realmente siente quien escribe. Sigo citando a Pessoa como si me hubiera cruzado con él ayer mismo.
Nueva york es una Atenas que no logra encontrar a su Pericles. Los persas siguen muriendo y matando por Dios, y nos sentimos impotentes a la hora de transmitir un mensaje nuevo en nombre de la paz del hombre.
Los crímenes de Hamás y Netanyahu, celebrados por una buena parte de la población, son perfectos. Teníamos que elegir entre el Trump y la Harris, ya sabemos quién lo hará mal y quién lo habría hecho peor.
Un abrazo.
Gracias por tu generosidad, Francisco. Te mando un abrazo.F. Enrique escribió: ↑Mar, 12 Nov 2024 13:48
Una explosión de poesía que no se guarda nada, va dirigida, sin paliativos que la aguante, al centro del dolor.
Por poemas como éste te considero entre los tres poetas más importantes del Foro. Te acompañarían en ese podio, sin atreverme a dar un orden, el huidizo e impredecible Joan Port y el apasionado Alberto Madariaga. De Armilo Brotón, sin duda junto a Óscar, el más culto de nosotros, destacaría su prosa, amena, sustanciosa y profunda, con un sentido del humor proverbial incluso en los días más tristes.
Mi agradecimiento por tus palabras, Alejandro. Un fuerte abrazo para ti.Alejandro Costa escribió: ↑Vie, 15 Nov 2024 23:47 Hay algo que sí entiendo, amigo.
Que quien ha escrito esta maravilla, es un pedazo de poeta, y que es un verdadero placer leerte siempre.
Gracias por el rescate.
Magnífico.
Un abrazo.
Salud, paz y felicidad.
Gracias, Ramón por tus generosas palabras. Un abrazo.Ramón Castro Méndez escribió: ↑Sab, 16 Nov 2024 1:16 Maravilloso poema, tocayo. Todo un placer de lectura.
Un abrazo.
Me gustó tu comentario por lo atinado que es. Un abrazo, Ara y gracias por tu tiempo y palabras.Ara López escribió: ↑Sab, 16 Nov 2024 8:16 Querido Ramón, ciertamente comparto con muchos compañeros la incertidumbre de la vida, esa que nos dejas al final y que casi apunta al lector, pero, me gustaría agregar que para mí, más allá de esa incertidumbre tiene un peso enorme en cuanto al dolor, a sufrir, a olvidar, a recordar equivocadamente, a todo aquello que va formando la mezcla de eso que acabará con aquello que llamamos "yo".
Para mí es un poema muy duro y que, a modo personal, me mueve.
"y piensas que en algún lugar del cosmos ya no habrá
memoria, ni duelo ni presencia, porque aunque no lo quieras reconocer
eres pasado vencido, contemplación de piedra, mudez del alma,
soliloquio de los elefantes que traicionan su duda y admiten su fin."
Un abrazo.
Hoy, como siempre, te leo, amigo Ramón. Este poema se me había fugado de su lectura, pero hoy he podido leerlo, y ver un gran poema, pleno de inspiración y profundidad poéticaRamón Carballal escribió: ↑Mar, 12 Mar 2013 13:38 La enfermedad estira tu piel, la convierte en mueca.
Dentro, los huesos, las glándulas, los fluidos recuperan
su memoria de multitud que avanza como hormigas
azules.
¿Qué edad, qué perfil del tiempo atrapó tus guiños de adolescencia
o selló la maldición de diez palabras que a partir de ahí
cautivaron tu mente?.
Cuando el hombre brota, se anuncia, se exhibe, crea sus raíces,
su imagen y su ser.
Cuando la persona enfrenta los hechos de la vida con titubeo propio
de criatura, entonces es la verdad(la única verdad que pasa como el aire
o la brisa imperceptible)una flor de espinas y de colores
que mudan como si el azar tuviera cien máscaras de líquido
o fuera la luz la que ante ti formara espectros o alguien
nos negara el sueño de la sangre o de la sensualidad satisfecha.
La aurora te salva cuando buceas en su esqueleto y encuentras
la complicidad de los cuerpos, las frases a veces limpias, otras volcadas
al dolor(igual que este vagón que chirría y avanza indomable, rutinario).
Ya no entiendes casi nada, porque la vejez confunde en ti los gritos del mar,
la pasividad de los puentes, las plazas pequeñas o grandes, coloreadas
o grises, silenciosas o pobladas como enormes círculos de jauría.
Si, todo es confusión cuando caminas sobre ese magma de ciudades
que te han habitado y piensas que en algún lugar del cosmos ya no habrá
memoria, ni duelo ni presencia, porque aunque no lo quieras reconocer
eres pasado vencido, contemplación de piedra, mudez del alma,
soliloquio de los elefantes que traicionan su duda y admiten su fin.
Llueve otra vez la misma lluvia, moja los recuerdos, parece
como si esperaran la caída de un nombre, quizá el tuyo.