Editorial Alaire

Josefa A. Sánchez escribió:Enhorabuena poe este merecido reconocimiento.
Un abrazo.
Pepa

emerio henriquez escribió:Pues qué decir a estas alturas,que uno siempre sale admirado de tus versos,y para ser sinceros un pelín envidioso.
Un abrazo grande,Ramón.

Vilo D´Rivera escribió:exelente obra hermano, me lleva a pensar en si debo mirar al mundo a traves del hombre o mirar el hombre a traves del mundo

aplausos y saludos

José Manuel Sáiz escribió:M felicitación más sincera para tí Ramón. Me alegro mucho por este reconocimiento de los compañeros a tu espléndida poesía.
Un fuerte abrazo, amigo.
J. Manuel

Ramón Carballal escribió:Hay un sólo camino que muere en el mar.

El viento olvida las esquinas
mientras la música juega el juego torpe de la edad.

Nos nombraron cuerpos jóvenes,
racimos de aquella primavera
que tuvo un año como quien tiene descendencia.

Fui la ropa de bronce,
el pesado equilibrio que acuna la ruindad de las horas
(sin adivinar el sonido de la veleta,
sin oír a la caracola en su límite, en su armonía de iris rojo).

El paseo llegó como amenaza,
nunca vi el faro ni fui asombro en su telaraña de luz.

Me quedaban los pasillos sin hogar,
el laberinto de las flores de carne
y ese espectáculo indefinible
que ofrecen los paraguas cuando lloran.

Aún así recorrí la senda gris de los altares,
tu salón como si fuera labio, tu lecho de madréporas,
tan libres, tan sol, tan color de verano.

Juntamos los cuerpos y se vuelve raíz la fruta del ocaso.

No me oigo, no te oyes en los cascabeles del perro viejo
(escribo para ti la luz, la esperanza, tu diluvio que acecha y me marca).

La noche exhibe velas blancas de absurda melancolía.

Angel Valles escribió:Enhorabuena poeta. Felicidades y que siga la poesía!
Un abrazo fraterno.
angel

Emilio Aparicio escribió:

Ramón Carballal escribió:Hay un sólo camino que muere en el mar.

El viento olvida las esquinas
mientras la música juega el juego torpe de la edad.

Nos nombraron cuerpos jóvenes,
racimos de aquella primavera
que tuvo un año como quien tiene descendencia.

Fui la ropa de bronce,
el pesado equilibrio que acuna la ruindad de las horas
(sin adivinar el sonido de la veleta,
sin oír a la caracola en su límite, en su armonía de iris rojo).

El paseo llegó como amenaza,
nunca vi el faro ni fui asombro en su telaraña de luz.

Me quedaban los pasillos sin hogar,
el laberinto de las flores de carne
y ese espectáculo indefinible
que ofrecen los paraguas cuando lloran.

Aún así recorrí la senda gris de los altares,
tu salón como si fuera labio, tu lecho de madréporas,
tan libres, tan sol, tan color de verano.

Juntamos los cuerpos y se vuelve raíz la fruta del ocaso.

No me oigo, no te oyes en los cascabeles del perro viejo
(escribo para ti la luz, la esperanza, tu diluvio que acecha y me marca).

La noche exhibe velas blancas de absurda melancolía.

He entrado para saludar a Carmen y, como no, para saludarte a ti. Y es que le decía a ella que la poesía es una especie de saludo al amigo para hacerle ver que, en verdad, quieres estar presente en su vida. Bueno, pues, este saludo dominguero espero que te haga ver que te sigo, te leo, aunque, por no saber muy bien que decir la mayoría de las veces, no comente los poemas. Pero te aseguro que, a pesar de que " la noche exhibe velas blancas de absurda melancolía" sé bien que la amistad es algo que requiere de la presencia del otro, en este caso para decirte que tu poesía se hace muy grande...

Un abrazo

Juan Cruz Bordoy escribió:A veces es necesario acompañar a la vejez cuando rodea, con esas esperanzadoras velas blancas.
Hay en tu poesía una profundidad difícil de seguir.
Un abrazo y un beso,
Juan Cruz

Rafel Calle escribió: ↑Sab, 13 Feb 2021 7:28 Poemas inolvidables: Melancolía, de Ramón Carballal.