Editorial Alaire

Ricardo Serna G escribió:He muerto

Y me ha entregado, al fin, la luz de rostro vacío,
y con la MUERTE el dolor que escucha
la firme agua que descuelga los ojos en sueño
-ebrio mi cuerpo, víspera del relámpago que apacigua-
indultado en la clara semilla del abismo del mañana
con la pobreza enriquecida, fauces enjauladas y en cenizas
las moscas en fiebre rescatadas.

Y me ha encumbrado, al fin, con la palabra del guerrero,
dientes enjoyados de ausencia, banderas de huesos paridos
en batalla de placer que envuelve las calles en clausura,
combates que recuerdan las granadas como árbol en polvo
y la soledad con labios de sol y agua fría.
Vergüenza de borracho derrotado que pide clemencia,
y de nuevo, su labor antigua.

Y vence con escoba y corazón abierto la comedora de paredes
que encierra el silencio cayendo con llama
-herencia desgajada prolifera- el dolor desnudo
que mira la muerte como vientre y pecho del abandono.
Se abrasa en la locura con miradas que nadan
y resucitan desde la piedra con parto del mal recuerdo.

Y me ha revestido, al fin, con sucesivas joyas disfrazadas
de noches en invisibles lenguas en grito,
y cada aguja duerme en el lugar de la impaciencia
destrozando el aire que respiro,
desde la vida que no es vida,
desde mi dolor con caldo de sufrimiento,
desde el fondo de los deseos despiertos,
desde la misma fuente con cobijas de hambre,
desde la enfermedad que no termina
y desde la muerte, aún con vida.

Bienvenida sin el miedo de perderte,
la nostalgia a solas, el amor que abraza;
el silencio sin limosna y pesadilla,
el destierro de los sueños que lloran
al mar de sal y viento.

Y me ha despertado, al fin, y se asoman al espejo
las flores que se consumen en mi arrepentimiento.