Editorial Alaire

Rafel Calle escribió:Gran Reserva de la Bodega de Alaire. La inteligencia poética de Daniela.

Hallie Hernández Alfaro escribió:Sube este poema gigante, mientras te esperamos, Daniela.

Marius Gabureanu escribió:Me ha encantado, un poema magnifico y sobresaliente, mis felicitaciones sinceras.
Las imágenes creadas dejan huella profunda en la pupila.

Josefa A. Sánchez escribió:Coincido con Hallie. Se te extraña por aquí.
Un abrazo.
Pepa

Carlos Justino Caballero escribió:Daniela Miño,

Agradable lectura, Daniela. Mi afectuoso saludo.

Hallie Hernández Alfaro escribió:Tesoro de la biblioteca Alaire.

Daniela, pasé por tu blog. Una auténtica maravilla.

Rafel Calle escribió:Feliz Navidad, amiga Daniela. Y salud, mucha salud.
Un cordial abrazo.

Hallie Hernández Alfaro escribió:Tesoro de la biblioteca Alaire.

Daniela, pasé por tu blog. Una auténtica maravilla.

Daniela Miño escribió:Todavía reemplazo el pan por cicatrices,
acaso para que vos y tus amígdalas
destronen el ocaso de las pupilas.

Si hubiera manera de envolver el invierno
y desencajarlo de tus labios
muñidos de planetas que no me rigen
arrastraría mi cadáver a tu chimenea
para brindar con ron y clavos.

Aprendiz de mañanas y cardos en el pecho,
de coronas pasajeras que irradian souvenirs,
ahora que todo está muerto
el gorgoteo del silencio me reúne en sus laberintos,
en el arenero minúsculo que acarrea en un bolsillo,
donde vivimos mi alma y yo,
decididamente sin hablarnos.

Son las nueces enjauladas en tu reloj,
las setecientas cadenas que someten al molino,
cada retazo de patria que anida en tus manos silenciosas
cuando los ojos de los tristes se deshacen en la autopista.

Porque abrir la mirada es acuchillar la mañana
urgente de escaleras y trapezoides indignos,
para que la tos y los espejos
me nutran de testamentos nocturnos
abriéndole las venas al espantapájaros que me persigue.