Editorial Alaire

Rafel Calle escribió:
La sombra de un capote le llora en el albero,
figura por el arte de un cordobés enjuto,
simbiosis natural del hombre y la muleta
en la sangrienta cita del toro y el acero.

Un lance de verónica propone hostilidades,
maestro que a una mano se luce con dos largas,
y vuelan chicuelinas al sol aventurero
en la peonza mágica que juega con la suerte.

El brillo del estoque se pierde en la embestida
y un grito de terror invade las gargantas,
el asta es una lluvia, el coso es un estero,
y todo detenido se fija en un morlaco
que lucha por el hueso y sangra por el ojo
la imagen de la muerte vestida de torero.

Amarillea el sino por Linares.
Manuel Laureano Rodríguez Sánchez
se fue de un apretón. La mano fue de Islero.

Rafel Calle escribió:Muchas gracias, amigo José Luis, te agradezco el comentario y me alegra que te haya gustado el poema.
El poema es un regalo que le hago a un amigo, presidente de la Federación Taurina de mi tierra. Yo no soy aficionado a los toros, no me gusta esa fiesta, como no me gusta la caza ni la pesca. Los deportes y pasatiempos a costa de los animales no me gustan ni un pelo, pero es que si fuera por mí, seríamos vegetarianos.
Un cordial saludo.