Editorial Alaire

Julio Gonzalez Alonso escribió:Otro poema en la línea de los últimos que te leo en los que fijas tu mirada sobre la vida vivida para reconocer sus luces y sus sombras; creo que podrías perfectamente organizar un buen libro con todos ellos. Abrazos, Pilar.
Salud.

E. R. Aristy escribió:

Pilar Morte escribió:Me abraza el silencio
como un terciopelo feliz,
y deja en el rostro surcos de paz.

Me siento sola y no me duelen
los relojes que mueren ni las huellas
que empolva el tiempo.
Es el equilibrio del que ama
y se sabe camino solitario.

La vida no es mía, ni el árbol, ni el brote
que acaricia el alma.
Todo fiado me rodea,
el agua que bebo y me baña,
el sol que conversa con la tierra fértil
e intercambian el rayo por cosecha.

La espiga- pan del hombre,
las raíces testigo de la vida,
todo es parte de mí pero no mío,
el aire, el viento, las abejas que zurcen
con el polen celdillas de oro.

Los seres que amo están en mí y no son míos,
ni mío el mar donde navego.

Por eso abro las manos
y suelto la arena
que fue castillo de los días.

Y me abrazo al silencio
dando gracias por lo prestado.

Hay una madurez liberadora que se pasea por todo el poema tranquilamente. Esa es su belleza inasible e imperecedera. Un fuerte abrazo, Pilar.

Pilar Morte escribió:
Me abraza el silencio
como un terciopelo feliz,
y deja en el rostro surcos de paz.

Me siento sola y no me duelen
los relojes que mueren ni las huellas
que empolva el tiempo.
Es el equilibrio del que ama
y se sabe camino solitario.


Los seres que amo están en mí y no son míos,
ni mío el mar donde navego.

Por eso abro las manos
y suelto la arena
que fue castillo de los días.

Y me abrazo al silencio
dando gracias por lo prestado.