me ha gustado mucho el poema, amigo. Siempre he sido de los que piensan que una enfermedad mental (bien pudiera tener yo una sin diagnosticar, o medio diagnosticada), es una traba a la creación. Por tanto los autores que han podido crear a pesar de ella (por ejemplo, Panero) merecen un plus de admiración. Me encantan las referencias a Lope, el clasicismo que desprende la composición, la división en trancos.
Había llegado a sentir vergüenza de escribir estos poemas. Pero ahora el desencanto de lo que veo, toco, vivo me lleva sin destino a Leopoldo María.
Supongo, es solo eso, que Alejandro entró en mí cuando me dijo que pertenecía a mi misma generación, cuando me habló de los achaques de Sabina, sigo pensando que no canta cuando canta, a pesar de las loas del redactor del País. Era un poeta decente entonces, ahora se ha unido al exclusivo club de los imprescindibles. Me alegro mucho porque me parece del club poco transitado de losque sienten y sienten, y eso sí que me parece importante; hablemos de Machado, que se casó con una niña de la que estaba profundamente enamorado y en su Soria apenas se le perdona, no era Mahoma. No puedo evitar ser políticamente incorrecto.
Me entusiasman Darío, César Vallejo, Don Mario, Calamaro... porque piensan que la agotada España de nuestros sueños merece de vez en cuando un cariñito. Entonces pienso que mereció la pena el martirio Comunero, que nos mezcláramos con todas las razas del mundo.
Estoy, como buen abylense, orgulloso de ser español, como Camoens o Pessoa, Pero no soporto el esperpento de Sánchez, el Pablo y la Montero. Volveré a levantar mi voz contra lo que no puedo sentir ni siento. ¿Soy políticamente incorrecto? Puede, pero es tal como lo ven mis ideas. El supuesto pragmatismo anglosajón de estos niñatos ha dejado a los saharahuis sin una ilusión vana ilusión a la que agarrarse. Ahora tienen menos aún de lo poco que tenían.
Un abrazo.
Ya dije alguna vez que Antonio Mairena era a la Poesía lo que el Flamenco para Lope.