El azúcar quemado de la tarde

[Raul Muñoz]

Si hay algo que disfruto, es ir a otros mundos imaginarios, y posiblemente futuros. Esta magnífica obra es un verdadero viaje en el espacio y el tiempo.

Mi enhorabuena, Ferreiro, y gracias por dejarnos aprender de tu poesía.


Un abrazo, amigo.

[J. J. Martínez Ferreiro]

En su forma, este poema me ha parecido que se aleja un tanto del estilo con el que te identifico, lo siento más nítido y cristalino en la forma de expresión, profundo sin embargo, como siempre, en su fondo. Por eso me ha gustado especialmente.
Un fuerte abrazo, amigo Fer.
J. Manuel

Gracias, querido amigo. se de tu sinceridad en tus comentarios. Celebro que lo hayas disfrutado.

Un fuerte abrazo,

[C.P. Fernández]

Felicidades, Ferreiro. Un poema fabuloso, para leer y releer.

Un abrazo.

[J. J. Martínez Ferreiro]

La luz traspuso una grieta;
de repente empezó a llover
el azúcar quemado de la tarde.
Todos los aldeanos
degustaban el cielo, los últimos granates
del cielo que caía.

Entonces fue cuando me olvidé.
Nada más me olvidé.
Sólo recordaba la sed de las manos.
También sentía
el corazón magnánimo con su ritmo de furias
y una mirada rebosante de estrellas vacías,
esas que casi oscurecen el centro de la galaxia.
¿Qué cómo es una estrella vacía?
Las estrellas vacías no dan aroma,
sólo son una claridad difusa
como unos pies desnudos que orillados se intuyen en el agua
o una madre soñando en su útero un niño casi transparente.

La luz atravesó la grieta, la última grieta,
y entonces fue cuando decidí desaparecer.
Pero antes comprobé que todo se cumplía en la disolución.
De los rompientes de la tierra
solo quedaban redes de frío que alargaban los vientos
y la configurada dicha de mi cuerpo en la cumbre.
Todo iba por fin desvaneciéndose.

Ahora,
salpicado de algún que otro espacio,
el tiempo es cada vez más mío.
Lo malo es todo este olvido amontonado,
siempre aislado entre recuerdos,
tal como ocurre en esos calveros del monte
donde los árboles parecen proteger la evidencia de una nada.

Aunque los años restablecen algunas cosas,
siempre cambian escombros y mareas resecas
por raíces vivaces
desesperadamente buscando sus tallos.

Pues creo que es el poema que más me ha gustado de todos cuantos te he leído, lo cual no es poca cosa. Todas esas metáforas sobre las estrellas y su luz embrionaria me han encantado. Y qué decir del "azúcar quemado de la tarde". Lirismo de altos vuelos, en definitiva.

Un abrazo, Ferreiro.

Son todo un honor tus comentarios, amigo Óscar. Celebro que hayas disfrutado de esta manera del poema.

Un muy fuerte abrazo.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Si hay algo que disfruto, es ir a otros mundos imaginarios, y posiblemente futuros. Esta magnífica obra es un verdadero viaje en el espacio y el tiempo.

Mi enhorabuena, Ferreiro, y gracias por dejarnos aprender de tu poesía.


Un abrazo, amigo.

Gracias a ti, amigo Raul, por tu paso y generosos comentarios. Celebro que lo hayas disfrutado.

Un abrazo.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Felicidades, Ferreiro. Un poema fabuloso, para leer y releer.

Un abrazo.

Gracias, Celia, por tan generosos comentarios.

Bicos.