Editorial Alaire

Víctor Vergara Valencia escribió:.




Hola, Daniela. No conocía tu poesía porque hacía ya algún tiempo que no me acercaba por el foro, y verdaderamente la he disfrutado. Ante todo me ha gustado mucho la intensidad con la que expresas. También la cascada de metáforas e imágenes y un ritmo que lleva como en brazos durante todo el poema.
ME ALEGRO MUCHO DE CONOCER TU POESÍA, DANIELA. UN ABRAZO.


(Voy a tener que volver de nuevo )







.

Tristany Joan Gaspar escribió:Cómo es posible que ahora me de cuenta que no te había comentado este poema???
Ni te había felicitado por tu merecidisimo premio?
soy un despistado.

Querida Daniela es que me haces pensar tanto con tus poemas que luego pierdo el mundo de vista.
Aquí los versos se convierten en serpientes que te rodean y te inmovilizan.

Brindemos por tu premio, pero sólo con ron...dejemos los clavos.

Muchos besos y abrazos.

Nos vemos en el siguiente poema

Joan

José Manuel Sáiz escribió:Daniela, te digo lo mismo que al amigo Javier Dicenzo: siento no haber podido felicitarte a su tiempo por este reconocimiento. Hay temporadas en las que las obligaciones impiden frecuentar lugares de encuentros con amigos como éste.
Me alegra sobremanera el galardón que tuviste y te felicito por ello de corazón.
Un abrazo muy fuerte, querida amiga.
J. manuel

paula varela escribió:Muy interesante tu poema, Daniela, tiene fuerza, tiene imágenes muy logradas, según mi opinión.
Creo que es la primera vez que te leo, pero no la última, seguro.

Un beso,
Paula

Daniela Miño escribió:Todavía reemplazo el pan por cicatrices,
acaso para que vos y tus amígdalas
destronen el ocaso de las pupilas.

Si hubiera manera de envolver el invierno
y desencajarlo de tus labios
muñidos de planetas que no me rigen
arrastraría mi cadáver a tu chimenea
para brindar con ron y clavos.

Aprendiz de mañanas y cardos en el pecho,
de coronas pasajeras que irradian souvenirs,
ahora que todo está muerto
el gorgoteo del silencio me reúne en sus laberintos,
en el arenero minúsculo que acarrea en un bolsillo,
donde vivimos mi alma y yo,
decididamente sin hablarnos.

Son las nueces enjauladas en tu reloj,
las setecientas cadenas que someten al molino,
cada retazo de patria que anida en tus manos silenciosas
cuando los ojos de los tristes se deshacen en la autopista.

Porque abrir la mirada es acuchillar la mañana
urgente de escaleras y trapezoides indignos,
para que la tos y los espejos
me nutran de testamentos nocturnos
abriéndole las venas al espantapájaros que me persigue.

José Antonio Fernández escribió:Un gran poema. Está plagado de imágenes que llaven manejar al lector. Me ha encantado la lectura.
Mis felicitaciones.

E. R. Aristy escribió:

Daniela Miño escribió:Todavía reemplazo el pan por cicatrices,
acaso para que vos y tus amígdalas
destronen el ocaso de las pupilas.

Si hubiera manera de envolver el invierno
y desencajarlo de tus labios
muñidos de planetas que no me rigen
arrastraría mi cadáver a tu chimenea
para brindar con ron y clavos.

Aprendiz de mañanas y cardos en el pecho,
de coronas pasajeras que irradian souvenirs,
ahora que todo está muerto
el gorgoteo del silencio me reúne en sus laberintos,
en el arenero minúsculo que acarrea en un bolsillo,
donde vivimos mi alma y yo,
decididamente sin hablarnos.

Son las nueces enjauladas en tu reloj,
las setecientas cadenas que someten al molino,
cada retazo de patria que anida en tus manos silenciosas
cuando los ojos de los tristes se deshacen en la autopista.

Porque abrir la mirada es acuchillar la mañana
urgente de escaleras y trapezoides indignos,
para que la tos y los espejos
me nutran de testamentos nocturnos
abriéndole las venas al espantapájaros que me persigue.

"cuando los ojos de los tristes se deshacen en las autopistas" . Tus imagenes son originales, hablan de esa complejidad de las emociones...."triste", no es suficiente para describir la tristeza del mundo o un dolor personal.


Un placer leerte.