Rafel Calle escribió:El cielo me reclama mientras plantas árboles.
Porque eres de metal y de cemento,
de una materia que no vence.
Mientras estudias la razón del mar,
a mí me crecen en las manos barcos,
naufragios de papel,
espumas de color azul entre las piernas.
A ti te sobran dientes para morder los besos
a mí me caben mapas en la boca,
por eso estamos solos cuando amamos.
No sentimos la misma oscuridad,
ni en nuestros rostros brilla el mismo azufre.
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El poema en origen ya me gustaba, de lo contrario no hubiese invertido varias horas en comentártelo. Ahora, con los pequeños retoques, aún me gusta más. Me parece un buen poema, con una gran simbología técnicamente bien desarrollada.
En cuanto al ritmo, yo diría que consigues momentos geniales dentro de una partitura muy reseñable. Estilísticamente el poema denota el buen hacer de un artesano que siente los versos como arcilla envolvente en un torno mágico.
En fin, gracias por ayudarme con tu actitud a que Alaire represente un lugar donde se pueda aprender a escribir poemas, o simplemente a mejorarlos, así como interactuar entre autores que quieran dar a conocer su obra.
Sería muy deseable que los mejores poetas de Alaire, entre los que te encuentras tú, abanderaran una filosofía basada en brindar ayuda desinteresada a sus compañeros.
Otra vez gracias, querida amiga Carmen, me alegra mucho comprobar que lo tuyo no es más que los picos de un genio que halla su cobijo en una humanidad muy bien interpretada.
Un fuerte abrazo
El poema era mejorable, todos los que escribo lo son. De hecho, sigue siendo mejorable.
Intento ser honesta con lo que escribo, si perdiera esa honestidad más me valdría no volver a intentar escribir ni un sólo verso.
Sé el trabajo que requiere comentar un poema de esa forma y, tal y como te lo dije la primera vez, te lo agradezco.
Mi mal genio es de fábrica, sí. Pero rara vez permito que dure demasiado, no merece la pena el desgaste ni el cansancio que me provoca.
Muchas gracias por tu regreso. Y abrazos,
Carmen