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[julián borao]

Aubriel, ¡qué magnífico poema! La tristeza gastada, el silencio, tus razones de loba solitaria... , lo entiendo perfectamente, pues dice y transmite de manera impecable.
Un afectuoso saludo.
Julián Borao

[Aubriel Camila de la Prad]

Esta tristeza tiene
aristas rosadas poco definidas
aberturas
que aprovecha la nostalgia.

Nadie escucha mi silencio.

¿Cómo decir que no hay jazmines
que los olvidé sobre una mesa blanca
una tarde de enero inexplicable?
¿Cómo, para qué, decir que nadie entiende
mis razones de loba solitaria?

Esta tristeza nueva
es la de siempre
(camuflada)
tiene sombras de parque anochecido
terrores infantiles pegoteados
un ala rota
de volar a contra-viento.
En su corazón pálido
late la pregunta
que nadie ha respondido
la esperanza alargada imprescindible
para seguir soñando


y un reloj,
que a veces se equivoca
y dice es tarde.

Aubriel, has escritos unos versos otoñalesque emanan melancolía, soledad y ausencia. Sin duda es un poema hermoso, tienedetalles que lo engrandece ( como los que te marqué), pero es difícil disfrutarloentre tanta tristeza amiga.

Te mando un abrazo grande.

Fermín! Gracias! Se te extraña, tengo muchas ganas de leerte.

Besos, amigo y compatriota.

[Aubriel Camila de la Prad]

Bello y delicado poema, escrito con el corazón.
Un saludo para ti.

Muchas gracias, Susa, un gusto enorme que te hayas detenido en mi poema. Perdón por haber demorado tanto en responder, no me llevo muy bien con el tiempo.

Besos.

[Aubriel Camila de la Prad]

y un reloj,

que a veces se equivoca

y dice es tarde.

Hola Aubriel
Los relojes siempre nos apremian, pero ningún control horario puede impedir la lectura sosegada y amena de estos versos.
Un placer leerte. Abrazos.
Mario.

Mi amigo Mario ... siempre tan amable, tan delicado, tan talentoso. Muchas gracias, desde el corazón. Y, como suele decirse, el placer es mío.

Abrazo!

[Juan Arrollo]

Un placer asistir a tu poema, Aubriel, es bello en toda su extensión.
Un saludo cordial.

[Gabriel Vidal]

Esta tristeza tiene
aristas rosadas poco definidas
aberturas
que aprovecha la nostalgia.

Nadie escucha mi silencio.

¿Cómo decir que no hay jazmines
que los olvidé sobre una mesa blanca
una tarde de enero inexplicable?
¿Cómo, para qué, decir que nadie entiende
mis razones de loba solitaria?

Esta tristeza nueva
es la de siempre
(camuflada)
tiene sombras de parque anochecido
terrores infantiles pegoteados
un ala rota
de volar a contra-viento.
En su corazón pálido
late la pregunta
que nadie ha respondido
la esperanza alargada imprescindible
para seguir soñando


y un reloj,
que a veces se equivoca
y dice es tarde.