Ya no

[Ara López]

Inusitada la belleza de este durísimo poema en el que la muerte campa a sus anchas.
Un saludo. Amiga Ara, de uno nuevo.

Hola, Horacio.
Disculpa por la respuesta tardía pero no había visto tu comentario.

Me alegra mucho que te haya gustado el poema y que lo compartieras conmigo.

Un abrazo.

[Ara López]

Ya no tiene nombre,
es solo una franela azul, un jean.
Los ojos fijos y secos,
conteniendo ese pensamiento último.
No habrá milagrosa lectura, ni conjetura correcta.
Ya no importa la franela ni el jean,
sucios de acera, manchados de humano.
Conserva ambos zapatos
y su abuela no entiende el desenlace.
Un ciclista, con su ropa de carnaval,
pasa indiferente ante el maniquí,
mientras que los autos disminuyen la velocidad,
porque el morbo no sabe de prisas.

Alguien en alguna morgue se sacude la pereza.
Alguien en una casa recibe una llamada.
Alguien se pregunta por qué tarda tanto.

Alguien ya no necesita el nombre.

Poeta Ara:

He leído con sumo placer este poema. Pertenece a esa clase de poemas breves que dejan una profunda impresión en el lector por esa capacidad de sintetizar en pocas palabras una honda realidad. Tus versos destacan por su agradable confección, no están cargados de florituras, de adornos retóricos superfluos. Con palabra diáfana, cristalina, precisa, nos atrapas en la lectura. El primer verso, "ya no tiene nombre", a mí me parece una inauguración estupenda por su sencillez y densidad, y el ultimo corona perfectamente el poema "Alguien ya no necesita el nombre". Porque en vida somos un "nombre" que viste de franela y jeans, un "nombre" que es esperado en casa, que es interpelado cuando llega tarde, que no se sabe aún objeto del morbo. Una vez convertidos en polvo, no necesitamos más el nombre, porque es propiedad exclusiva de los vivos.

Un placer conocerte. Tienes mi admiración como poeta. Saludos afectuosos.

Alberto, disculpa por la respuesta tardía, pero no había pasado por acá.

Si ciertamente los poemas, como muchas otras expresiones, tienen libre interpretación, cuando es una que da en el clavo, alegra. Siempre alegra cuando nos hicimos entender, cuando transmitimos lo que queríamos.
Gracias por pasar por acá y por compartir conmigo esas impresiones.

Un abrazo.