Gracias, Gustavo, de parte de este niño grande.Gustavo Casado escribió:Buen poema, Alonso; con dulzura y dureza en el final. Un placer leerlo.
Un abrazo.
Un abrazo.
Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle
Gracias, Gustavo, de parte de este niño grande.Gustavo Casado escribió:Buen poema, Alonso; con dulzura y dureza en el final. Un placer leerlo.
Un abrazo.
Gracias por tu paso por este cuento arromanzado.Begoña Egüen escribió:Precioso y encantador poema, estimado amigo, Alonso Vicent. Felicidades.
Un abrazo.
BEGOÑA.
Gracias Nancy. Es uno de los pocos poemas que rescato de otros foros, y la primera vez que lo publico como tal.Lunamar Solano escribió:Dulzura y profundidad emotiva querido amigo...
Un gusto leerte...cuídate mucho!!
Te abrazo con todo mi cariño...
Nancy
Muchas gracias, Prior, desde este antiguo convento que ahora es mi casa. Si los Borgia levantaran la cabeza seguro que dirían “!Qué coño hace este aquí¡”…sobre todo Calixto III, je je.Armilo Brotón escribió:Buen romance estimado paisano y compañero de sotanas en nuestra infancia. Buenas metáforas centrales, eje de la obra: la lluvia como representación de la soledad social y el perro como búsqueda de la compañía y la compañía.
Buen despliegue de sensibilidad propia de tu poesía y un cierre absoluto.
Un abrazo
Muchas gracias Ramón. Siempre salí al encuentro de bestias y animales; menos mal que no vivo en África, sino me hubiesen devorado ya de pequeño.Ramón Carballal escribió:Interesante y bien contado esta especie de cuento(sin moraleja) sobre la soledad y el desamparo. Me gustó mucho. Mi felicitación y un abrazo.
Alonso Vicent escribió:Era un día como hoy,
como hoy llovía a mares.
Se cerraron los colegios,
Nadie salía a la calle.
Solo un perro vagabundo
buscaba en los basurales
algo que echarse a la boca
sin ningún miedo a mojarse.
No se le escapó a la niña,
asomada a los cristales,
la soledad de una y otro;
trabajando están sus padres.
Mientras miraba pensó
hacer sitio en el garaje,
acurrucarse a su lado
y poco a poco acercarse.
Imaginó que era un lobo
en cierto modo fiable;
pensó ser Caperucita
por un día y un instante.
Pero recordó del cuento
un perturbador detalle:
la confianza en exceso
puede acabar en desastre.
Maldijo a aquel cuentacuentos
por fastidiar con crueldades
y siguió sola en su mundo;
también se sintió culpable.
Moraleja no encontró,
siguió esperando a sus padres.
En el riesgo nos reconocemos. Dejé la moraleja para quien quisiera encontrarla.javier eguilaz escribió:Alonso Vicent escribió:Era un día como hoy,
como hoy llovía a mares.
Se cerraron los colegios,
Nadie salía a la calle.
Solo un perro vagabundo
buscaba en los basurales
algo que echarse a la boca
sin ningún miedo a mojarse.
No se le escapó a la niña,
asomada a los cristales,
la soledad de una y otro;
trabajando están sus padres.
Mientras miraba pensó
hacer sitio en el garaje,
acurrucarse a su lado
y poco a poco acercarse.
Imaginó que era un lobo
en cierto modo fiable;
pensó ser Caperucita
por un día y un instante.
Pero recordó del cuento
un perturbador detalle:
la confianza en exceso
puede acabar en desastre.
Maldijo a aquel cuentacuentos
por fastidiar con crueldades
y siguió sola en su mundo;
también se sintió culpable.
Moraleja no encontró,
siguió esperando a sus padres.
Alonso, si no se busca, si nos dejamos llevar por las dudas, nunca encontraremos
un fuerte abrazo
salud!
suerte
y se feliz
cuidate