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Ramón Carballal escribió:Sigo con interés y admiración esta serie de poemas. Enhorabuena y un abrazo.
S.Castelar escribió:
Siento la levedad de lo visible
su material ternura
el terrible abandono de la edad
fraguándose en los ojos,
ese galope ciego de la historia
que avanza cuerpo adentro.
Yo tenía el dolor de las enredaderas
su eterna obstinación de pájaro,
el ocre incandescente del otoño
ardiéndome en los dedos.
La tristeza es una lentitud de puertas
donde el olvido duele
donde el silencio duele
donde el amor es carne de bisagras
doblando la memoria.
Bebo de la resignación
del útero desierto de una virgen
bebo del transitable miedo
del que perdió la fe y renegó del nombre
bebo de la maraña roja
del sexo que olvidara su condición efímera.
En la verdad se quiebra la razón
y debo la palabra
debo cada fonema ardido en la belleza,
tan simple y tan humano
tan incisivamente hermoso.
Tu mirada de niño.
Mi boca es de mujer y nombra
arandelas de llanto,
la triste percusión del aire
muriendo en las cornisas.
Puedo escuchar la bestia en el callar del hombre
y seguir desde el pecho brotando en llamaradas,
un solo corazón para tanta ternura
y tan sólo una muerte
para esta soledad tan infinita.
J. J. M. Ferreiro escribió:el terrible abandono de la edad
fraguándose en los ojos,
ese galope ciego de la historia
que avanza cuerpo adentro.
Joér!! qué hermosa muestra del lento, sublime y a la vez terrible avance de los años en todos los cuerptos
el ocre incandescente del otoño
ardiéndome en los dedos.
Otra maravilla en el sentido antes señalado
donde el amor es carne de bisagras
doblando la memoria.
y qué decir de esto... siento chirriar y desgarrar algo por dentro
en fin... todo un poemazo querida amiga, parece mentira que con tu edad puedas escribir profundizando con semejante madurez.
Quizá la verdadera edad no la dan la cantidad de años sino la intensidad de experienicas con que se viva cada uno de ellos.
Un grande bico
Paulo San Páris escribió:Sara, qué tal?, espero que bien. Leí tu poema atentamente y no puedo dejar de decir que es bueno, me gustó mucho querida Sara. Hay sólo una cosa que me inquieta, y es que a veces el poema, siento, que se Leoniza; y que claro considero normal.
Te mando un saludo grandote a ti y a Benjamín.
Un abrazo cariñoso.
Paulo.
Samantha Fernandez escribió:Sara: he seguido el andar de sus Pulsos, es inevitable no dejarse conducir por la mesura de su ritmo, por la profundidad de la poética. Excelente. Me gustó.
Amparo Guillem escribió:Después de leerte la que se toma el pulso soy yo, a la vez que reto la lectura muñeca con muñeca, para sostener las palabras, que ya imagino engarzadas en hilo como sus predecesoras.
Saludos.
Amparo
E. R. Aristy escribió:S.Castelar escribió:
Siento la levedad de lo visible
su material ternura
el terrible abandono de la edad
fraguándose en los ojos,
ese galope ciego de la historia
que avanza cuerpo adentro.
Yo tenía el dolor de las enredaderas
su eterna obstinación de pájaro,
el ocre incandescente del otoño
ardiéndome en los dedos.
La tristeza es una lentitud de puertas
donde el olvido duele
donde el silencio duele
donde el amor es carne de bisagras
doblando la memoria.
Bebo de la resignación
del útero desierto de una virgen
bebo del transitable miedo
del que perdió la fe y renegó del nombre
bebo de la maraña roja
del sexo que olvidara su condición efímera.
En la verdad se quiebra la razón
y debo la palabra
debo cada fonema ardido en la belleza,
tan simple y tan humano
tan incisivamente hermoso.
Tu mirada de niño.
Mi boca es de mujer y nombra
arandelas de llanto,
la triste percusión del aire
muriendo en las cornisas.
Puedo escuchar la bestia en el callar del hombre
y seguir desde el pecho brotando en llamaradas,
un solo corazón para tanta ternura
y tan sólo una muerte
para esta soledad tan infinita.
La tristeza es una lentitud de puertas
donde el olvido duele
donde el silencio duele
donde el amor es carne de bisagras
doblando la memoria.
Tu poema es un laberinto meditativo, nos lleva al centro de tu corazón, a los valores que sigue el pulso sanguíneo en su viaje de vicisitudes...abre una via mística para poder penetrar tras sus puertas a la tristeza, el olvido, el silencio del amor encarnado, doblado como un aro, hecho bisagra nos sostiene la memoria. Un poema de elevada y endentadas planicies del alma. Mis respetos y cariño querida Sara.
Ana Villalobos Carballo escribió:Veo que sostienes el pulso divinamente. Dicen que segundas partes nunca fueron buenas y mucho menos las terceras, pero con este poema nos demuestras que siempre existe la excepción de la regla.
Perfecta combinación de versos apasionados, tristes e impresionantemente hermosos. Creo que nadie protestaría si te atrevieras con el IV Pulso.
Un placer leerte.
Un beso que te llegue al corazón
Ana