No es que haya pocas cosas diferentes, que las hay, lo que me asusta es que algunos hagan de una pequeña diferencia un altar. Detrás de un ombligo estamos todos. Después están los pequeños detalles... Esos son los que interesan.Ricardo López Castro escribió:Alonso Vicent escribió:En ocasiones creo que soy un extraterrestre
(sí, ya lo he dicho en algún que otro poema)
que llegó por azar y que con un par de naranjas se las compone
para no largarse ni que lo larguen.
Por lo que tengo comprobado,
los humanos son muy predecibles
aunque sean o no sean vegetarianos,
aunque se escondan en castillos,
en fuertes o de ellos mismos;
aunque digan que buscan y pocas veces encuentren algo.
Los humanos tienen costumbres y credos
en los que no se han parado a pensar si creen.
Tienen dolores y rosarios
y hasta cuentan las cuentas más incontables.
Los humanos se enzarzan por nada
y sacan pecho
(incluso la variante masculina aunque no los tenga),
y, sin embargo, creen en mentiras que los acomodan.
Los humanos hablan con argumentos que no son suyos,
de oídas y sin oírse.
Miran y ven lo que les interesa
y pierden interés cuando se empeñan.
Una parte de ellos come a horas y a deshoras,
otra cuando puede
y otra se desmaya hasta la muerte.
Sospecho que ellos,
como yo,
detrás de un ombligo que camufla un estómago
también se sienten diferentes.
Un poema... diferente... pero con el que muchos en diversos momentos se identifican.
En mi caso, intento derrocar los conceptos.
Tú profundizas en las conductas, creencias y pensamientos, intereses, etc, etc, etc.
Creo, en fin, que todos tenemos un algo de este poema dentro de nosotros.
Lo cual no quiere decir que no nos conformemos con poco.
Tarde o temprano, hay que volver a la realidad -lo que nuestros sentidos perciben-, y lo que es más, de no hacerlo, de forzar demasiado nuestras propias sensaciones, quimeras, o lo que leches sea... ¿Quién nos dice que la no creencia no sea otro engaño?
Bueno, yo es lo que estoy tratando en mi poesía, y por eso me resultó interesante este trabajo.
Un abrazo, con mis mejores deseos y bendiciones.
Entre engaños andamos, qué menos que poder decidir sobre algunos.
Un gran comentario, Ricardo, y con intereses comunes.
Un saludo de parte de este jornalero.